Capítulo 2 - Combustibles alternativos destinados al transporte marítimo
A diferencia de los coches y los trenes, los barcos —especialmente los grandes cargueros— no son fáciles de electrificar. La mayoría de los grandes buques utilizan fuelóleo pesado, que es barato pero perjudicial para el medio ambiente. Para cumplir los objetivos del Pacto Verde Europeo, el sector del transporte acúatico debe buscar formas alternativas de descarbonización, incluidos los combustibles alternativos. Los combustibles alternativos desarrollados a partir de fuentes sostenibles y energías renovables podrían ayudar al sector del transporte marítimo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes. La mala noticia es que resulta difícil conseguir alternativas rentables y ampliamente disponibles a los combustibles fósiles utilizados por el transporte acuático. Sin embargo, eso está empezando a cambiar, gracias en gran parte a iniciativas como el proyecto HySeas III de Horizonte 2020. El equipo del proyecto transforma la electricidad generada por el viento, las olas y las mareas que caracterizan las Islas Orcadas de Escocia en hidrógeno, que luego puede utilizarse en pilas de combustible marinas de nuevo desarrollo que suministran energía eléctrica a los motores a bordo de buques y transbordadores con cero emisiones. Otro combustible alternativo con gran potencial para el transporte marítimo es el biogás natural licuado. El equipo del proyecto FirstBio2Shipping está desarrollando una planta industrial capaz de convertir el biogás en combustible renovable y con bajas emisiones de carbono que se pondrá a disposición del transporte marítimo.
De basura a tesoro
Asimismo, el proyecto FReSMe recicla los residuos para convertirlos en un bien valioso, esta vez con CO2. El equipo del proyecto creó un proceso innovador para capturar las emisiones de las acerías, reciclando el CO2 para convertirlo en combustible de metanol líquido que puede utilizarse para propulsar buques de carga. El proyecto POSEIDON también está desarrollando nuevas tecnologías y soluciones para valorizar el CO2 de los flujos de residuos a fin de producir metanol sintético y distribuirlo a lo largo de la cadena de valor del transporte marítimo. Tras las pruebas, el equipo del proyecto espera implantar su sistema en los principales puertos de la UE. Aunque la descarbonización del transporte acúatico puede ser un reto, no es imposible. Al ofrecer al transporte marítimo una alternativa al fuelóleo pesado, cada uno de esos proyectos contribuye a reducir la dependencia de la industria de los combustibles fósiles y despeja el camino hacia un futuro sin emisiones.