Comprender los efectos del cambio climático en las frágiles regiones polares de la Tierra
Pocos de nosotros pondremos un pie dentro del círculo polar ártico o antártico en nuestra vida, pero lo que allí suceda tendrá repercusiones evidentes en nuestra existencia. El clima en los polos de la Tierra se está calentando mucho más rápido que en el resto del planeta, lo que está provocando el retroceso del hielo marino y los glaciares, la reducción de las capas de hielo, el deshielo del permafrost y fenómenos meteorológicos extremos, que conllevan la pérdida de hábitats y la degradación económica y social de los habitantes del Ártico. La alteración de los ciclos climáticos y geoquímicos puede favorecer que se superen puntos de inflexión, lo cual puede acarrear efectos adversos en cascada para los seres humanos, los organismos marinos y el sistema terrestre, así como importantes consecuencias ambientales, económicas y sociales. Al mismo tiempo, un Ártico sin hielo está espoleando una carrera por asegurar recursos emergentes, como las reservas minerales y petroquímicas sin explotar, el aumento del turismo y las nuevas rutas marítimas de gran valor comercial y geopolítico. Comprender esos cambios es fundamental si se quieren mitigar los efectos más perjudiciales del cambio climático y aprovechar los recursos de esta región de forma equitativa y sostenible.
Un planteamiento polifacético y multidisciplinar
En este Results Pack se presenta una variada cartera de proyectos financiados por el programa de investigación Horizonte, en los que se examina la función esencial que desempeñan el océano y las regiones polares en la regulación del clima, así como la interconexión más amplia entre el océano, la criosfera, la biodiversidad y el clima. La investigación de los procesos básicos que acontecen en las regiones polares es fundamental para desarrollar modelos climáticos más exactos y precisos, identificar puntos de inflexión climáticos y ecológicos y ahondar en la comprensión de la combinación de factores impulsores y respuestas en el sistema océano-clima-criosfera. Los proyectos aquí destacados reúnen a investigadores de la ciencia del sistema terrestre, la oceanografía, la ciencia pesquera, la ecología, las ciencias sociales y la economía, así como a profesionales de la ética, proveedores de tecnología, comunidades locales y reguladores. Los hallazgos fundamentan las recomendaciones políticas, jurídicas y normativas para la aplicación del Pacto Verde Europeo, así como sus objetivos climáticos y de biodiversidad, la política ártica de la Unión Europea y contribuyen de forma notable a los informes de evaluación internacionales del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas. El cambio climático y sus repercusiones —la degradación de la salud oceánica y polar y la pérdida de biodiversidad— solo se pueden abordar adoptando un planteamiento sistémico holístico. Los conocimientos generados por el planteamiento multidisciplinar que se exponen a continuación permiten a los responsables políticos y a las partes interesadas intervenir más eficazmente con medidas de mitigación, e incentivan la transición hacia un desarrollo justo y sostenible para el planeta y las personas. Comprender las regiones polares requiere una gran variedad de perspectivas. ArcticHubs, CHARTER y JUSTNORTH situaron las necesidades de los habitantes del Ártico en el centro de su investigación y, gracias a ello, se logró crear de forma conjunta modelos, soluciones y orientaciones con las poblaciones locales. Los proyectos FACE-IT, SO-CHIC y Beyond EPICA pretendían comprender mejor la dinámica que vincula el océano, la atmósfera, el hielo y el clima y favorecer el desarrollo de mejores modelos climáticos, mientras que en PROTECT se investigó la amenaza del aumento del nivel del mar. A fin de respaldar la mejora de la investigación en la región, en EU-PolarNet 2, CAPARDUS y Arctic PASSION se desarrollaron nuevos marcos para el intercambio de conocimientos, el acceso a datos y mejores prácticas, mientras que en TiPACCs, ECOTIP y COMFORT se examinó el riesgo de los puntos de inflexión ecológica y las graves repercusiones en cascada que supondrían superarlos.