Las herramientas de colaboración masiva olfatean la ubicación de olores desagradables
La exposición frecuente a olores, en casa o en el trabajo, puede provocar una serie de dolencias, como cefalea, falta de concentración, estrés, insomnio y problemas respiratorios. «Después del ruido, los olores son el segundo contaminante ambiental más denunciado a nivel mundial. Sin embargo, la mayoría de las técnicas para medir los olores no reflejan adecuadamente sus efectos en los ciudadanos. Todo este ámbito está poco regulado», afirma Rosa Arias, coordinadora del proyecto D-NOSES (Distributed Network for Odour Sensing, Empowerment and Sustainability), que antes trabajaba en la Fundación Ibercivis, entidad anfitriona del proyecto, y ahora es fundadora y directora general de Science for Change. El proyecto de ciencia ciudadana respaldado por la Unión Europea (UE) D-NOSES mejoró una aplicación especialmente diseñada para obtener, mediante colaboración masiva, datos de olores geolocalizados en tiempo real y con información detallada de las experiencias de los afectados. El proyecto puso a prueba su metodología en diez proyectos piloto en ocho países europeos, junto con Chile y Uganda para ampliar la perspectiva. Ya se han publicado algunos de los resultados de las pruebas piloto, como los de Italia, Grecia y Chile. En España, OdourCollect acaba de ganar el prestigioso premio Prismas de divulgación científica.
Herramientas de mapeo
El equipo del proyecto aplicó el enfoque de Ciencia Ciudadana Extrema del University College de Londres, que da prioridad a las prácticas ascendentes, teniendo en cuenta las necesidades locales, para ayudar a garantizar la participación ciudadana y la inclusión durante todas las fases de la investigación. Las estrategias para involucrar al público se adaptaron para cada prueba piloto, con una investigación etnográfica seguida de actividades específicas en museos y festivales, junto con apariciones en los medios de comunicación locales. Una vez involucrados, los participantes asistieron a paseos sensoriales y entrenamientos olfativos, junto con talleres de análisis de datos. El elemento central de D-NOSES era la aplicación OdourCollect, que se basaba en una iteración anterior creada por el equipo del proyecto MYGEOSS y diseñada para permitir a las comunidades afectadas mapear la contaminación por olores y abogar por el cambio. Durante las diez pruebas piloto, los participantes sugirieron mejoras funcionales para la aplicación, como el rastreo de olores agradables además de los desagradables. La prueba piloto estrella de Barcelona se centró en la zona del Fórum de la ciudad, que había soportado los efectos de las instalaciones de tratamiento de residuos y aguas residuales durante más de veinte años. Se capacitó a los usuarios para que reconocieran diferentes olores, incluidos los de los residuos, las aguas residuales, los lodos y el biogás, y los mapearan. A continuación, estos datos se relacionaron con las operaciones industriales mediante un análisis histórico de la aplicación. Se realizaron más de seiscientas observaciones durante un período de doce meses con ochenta y seis participantes. En total, el proyecto recopiló más de diez mil observaciones de olores en todo el mundo realizadas por más de mil doscientos ciudadanos. «Gracias a la perspectiva de género de nuestro modelo de participación, el 70 % de las observaciones fueron realizadas por mujeres —añade Arias—. En general, nuestras pruebas piloto validaron la metodología aplicada y las de Barcelona e Italia coincidieron con los resultados de los estudios tradicionales sobre olores. La nariz demuestra ser un sensor muy eficaz».
Influir en la política
El evento de D-NOSES, «Revisiting Odour Pollution in Europe» (Revisar la contaminación por olores en Europa), organizado en línea por la eurodiputada griega Maria Spyraki, tuvo como resultado la inclusión de la contaminación por olores y la ciencia ciudadana en el Plan de Acción de la UE «Contaminación cero para el aire, el agua y el suelo». El equipo también espera que su libro verde suscite un debate sobre una política europea global en materia de olores y dé lugar a un libro blanco. Otro resultado ha sido el Observatorio Internacional de Olores, un recurso interactivo en línea en el que los usuarios introducen y consultan datos obtenidos por colaboración masiva a escala mundial. La defensa de los cambios políticos también se llevó a cabo a nivel local durante las pruebas piloto, así como de forma más general con un juego de herramientas de promoción, informes de políticas y la hoja de ruta estratégica para la gobernanza. En este momento, el equipo está normalizando su metodología en España, al tiempo que trabaja en un modelo municipal para orientar la regulación en materia de olores. Arias concluye: «Nuestro objetivo es que las autoridades utilicen los datos de los ciudadanos como prueba para adoptar medidas. Lo más importante es que nuestra metodología puede replicarse en otros contextos o aplicarse a otras cuestiones socioambientales».
Palabras clave
D-NOSES, ciencia ciudadana, olor, contaminación, olores desagradables, residuos, colaboración masiva, geolocalización
