Investigación y estrategias para prevenir la radicalización y el extremismo violento
Para algunos, las diferentes tradiciones ideológicas o creencias religiosas o políticas sirven como banderas de una «otredad» que creen que debe ser sometida. Los acontecimientos impactantes también pueden dar lugar a grupos o tendencias nacionalistas extremas. Por ejemplo, la invasión rusa de Ucrania en 2022, además de las terribles pérdidas humanas y destrucciones que provoca en el país atacado, también afecta profundamente y de diversas maneras al tejido social del país ocupante, así como a las sociedades europeas. No solo generó problemas como la inflación y una nueva crisis energética, sino que volvió a sacar a la luz otra faceta más siniestra de la naturaleza humana, a menudo asociada a las sociedades en conflicto. Surgieron narrativas extremistas en torno a la guerra, lo cual provocó una creciente polarización en la sociedad y socavó la estabilidad. Desde los atentados terroristas del 11S, la lucha contra la radicalización y el extremismo violento ha estado y sigue estando en el primer plano de las estrategias de seguridad interior y exterior de la UE. Dicho reto ha impulsado a los investigadores a intentar comprender mejor los desencadenantes colectivos e individuales, los contextos geopolíticos, los intereses económicos, los canales de difusión y las narrativas. En última instancia, el objetivo es arrojar luz sobre las causas por las que los individuos adoptan, apoyan y actúan de acuerdo con ideologías y movimientos extremistas que justifican la violencia. Crear y compartir estos conocimientos constituye el paso previo y más importante para conformar sociedades resilientes y diseñar intervenciones que protejan la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos de la UE.
Un planteamiento para la unidad, la cohesión y la seguridad en toda la UE
Un amplio abanico de planteamientos (seguridad nacional, cooperación internacional, psicología social, políticas sociales y etnografía de las redes sociales) centra la atención en las personas y comunidades afectadas. Además, se centran en las posibles formas de abordar sus retos para construir nuevas formas de resiliencia y un sentido común e inclusivo de cohesión social contra el pensamiento y las acciones extremistas de odio y discriminación. A nivel político, iniciativas como las orientaciones estratégicas de la UE sobre un planteamiento coordinado de la prevención de la radicalización garantizan que las medidas adoptadas a nivel de la UE aborden las necesidades y prioridades de las partes interesadas en los Estados miembros y se ajusten a ellas. Asimismo, la Red de la UE para la Sensibilización frente a la Radicalización pone en contacto a profesionales de primera línea de toda Europa para intercambiar conocimientos y planteamientos sobre la prevención y la lucha contra el extremismo violento en todas sus formas. Además, la Agenda de Lucha contra el Terrorismo pretende reforzar la resiliencia de la UE frente a las amenazas terroristas, mientras que legislación como el Reglamento UE 2021/784 aborda la difusión de contenidos terroristas en línea. El Plan de Acción para la Democracia Europea también señala la necesidad de contrarrestar la radicalización y la desinformación, como forma de reforzar la resiliencia de las democracias de la UE.
Prevención y lucha contra el extremismo violento: 15 vías
Los jóvenes ocuparon un lugar primordial en los proyectos CONNEKT e ISLAM-OPHOB-ISM: el primero exploró qué atrae a los jóvenes a los actos de extremismo violento, mientras que el segundo analizó y contrastó los procesos que subyacen a la radicalización de los jóvenes nativos europeos, partidarios de movimientos etiquetados como de extrema derecha, y los jóvenes de origen musulmán con antecedentes migratorios. La religión puede ser un factor social polarizador, y aunque la libertad de pensamiento, creencia y religión es un derecho fundamental en la UE y en las sociedades democráticas en general, la diversidad religiosa sigue siendo para algunos grupos una cuestión controvertida y puede usarse como pretexto para justificar la violencia. El proyecto GREASE involucró a investigadores de todo el mundo para analizar el vínculo existente de las relaciones entre Estado y religión, la gobernanza de la diversidad religiosa y los procesos de radicalización violenta. El equipo de RETOPEA, por su parte, investigó la relación entre religión y sociedad desde un punto de vista histórico. Durante décadas, y de forma más pronunciada en los últimos años, los movimientos populistas se han ido abriendo paso en la política, a veces expresando un descontento legítimo en una sociedad, pero en realidad desembocando en radicalización violenta, discriminación, odio y discordia en la esfera política. El proyecto DEMOS abordó el reto del populismo estudiándolo a través del innovador prisma de la «eficacia democrática». Centrándose en cuatro movimientos diferentes, el equipo de POWDER combinó un planteamiento teórico interpretativo y una investigación empíricamente sólida para analizar la mecánica de la protesta política en las democracias contemporáneas. El proyecto PAVE se centró en la interconexión entre la dinámica comunitaria y el extremismo violento. Estudiar los factores que permiten a las comunidades ser resilientes frente a la radicalización permitirá a la UE disponer de mejores herramientas para contrarrestar los diversos aspectos del fenómeno. Por ello, el equipo de PREVEX trató de entender por qué algunas comunidades son más capaces de mostrar una mayor resiliencia frente al extremismo violento en comparación con otras. El proyecto GRIEVANCE aportó una nueva dimensión a la lucha contra la radicalización al introducir planteamientos de modelización y conjuntos de datos innovadores para evaluar mejor los riesgos del extremismo violento. Para ello, se aplicaron por primera vez la modelización del terreno de riesgo y la modelización de elección discreta, allanando el camino para una investigación innovadora en este ámbito. Asimismo, el equipo de ViEWS empleó algoritmos de aprendizaje automático para analizar una serie de fuentes de datos relacionadas con casos anteriores de violencia. La premisa era que predecir o anticipar la probabilidad de un conflicto dotaría mejor a las sociedades para tomar medidas adecuadas y oportunas. La tolerancia es un concepto evidente en el contexto de las sociedades avanzadas. Sin embargo, sorprendentemente no es tan fácil de definir. El equipo de InTo exploró el concepto de tolerancia intergrupal con el objetivo de ofrecer una definición más clara sobre la tolerancia y, a través de sus conclusiones, promover debates más amplios en torno a la diversidad cultural. El tema del proyecto ONLINERPOL fue una extraña estrategia utilizada por los agentes de derechas para burlar la censura en internet: el elemento de «diversión». Al centrarse en la diversión como «metapráctica» del discurso extremista en línea, el equipo del proyecto permitió comprender cómo las políticas nacionalistas xenófobas y excluyentes han logrado hacerse un hueco en la red. Por su parte, en el proyecto EXTREME se investigó las influencias pasadas y presentes que fundamentan el punto de vista populista y cómo el populismo está vinculado al extremismo, y en SACRASEC se estudió cómo la religión actúa como un poderoso factor de mantenimiento del orden civil. Por último, el equipo de PARTICIPACIÓN adoptó un planteamiento holístico y ascendente para frenar el extremismo y la radicalización, lo cual implicaba un análisis en profundidad de lo que impulsa los comportamientos extremistas, así como la preparación y presentación de soluciones concretas.