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Analyzing and Preventiving Extremism Via Participation

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Comprender y prevenir el extremismo violento y la radicalización

Implicar a los responsables políticos, junto con la sociedad civil, las minorías marginadas, las comunidades científicas y el mundo académico, es la clave para que las sociedades democráticas sean más sólidas al hacer frente a la amenaza del extremismo y la polarización.

Sociedad icon Sociedad

Desde la violencia de extrema derecha al terrorismo yihadista, el extremismo, la radicalización y la polarización son temas frecuentes de debate en la sociedad moderna. El declive de la sociedad como lugar de integración institucional, participación social y fuente de moralidad genera autovictimización, marginación, anomia e infelicidad: el esfuerzo de algunos por desconectar de esta realidad los lleva a intentar reconstruir su subjetividad a través del extremismo violento. «En Europa y a lo largo de sus fronteras repercuten formas muy distintas de extremismo de extrema derecha», afirma Francesco Antonelli, profesor de Sociología en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Roma Tre. «La violencia de extrema derecha —que surgió en violentos grupos “ultra” de fútbol que en algunos casos mutaron en milicias—, las culturas de extrema derecha a través de plataformas de videojugadores y la violencia yihadista que sigue siendo una amenaza, son solo algunos ejemplos del extremismo que impregna nuestra vida cotidiana». ¿Cómo mitigar la propagación del extremismo y evitar que se convierta en violencia? Según el equipo del proyecto PARTICIPATION, financiado con fondos europeos, todo empieza por aplicar políticas e intervenciones sociales y educativas más eficaces. Después de 2001, el masivo resurgimiento del terrorismo en nuestras sociedades ha determinado, entre otras cosas, una creciente división entre las élites políticas y los expertos dedicados a comprender y abordar la radicalización violenta, el terrorismo interno y el extremismo. La discordia se extiende también a la sociedad civil, generalmente prisionera del miedo y a veces considerada parte del problema y no de la solución: «Para frenar el extremismo debemos asumir que es necesario combatirlo mediante una amplia movilización de la sociedad civil: una alianza entre la ciencia, el mundo académico y la sociedad», añade Antonelli, coordinador del proyecto.

Un método ascendente para frenar el extremismo y la radicalización

El proyecto PARTICIPATION es único porque adopta un método holístico y ascendente para frenar el extremismo y la radicalización. «Este método nos permite captar y explorar experiencias contemporáneas de extremismo y radicalización y proponer acciones concretas, políticas y herramientas digitales que capaciten a responsables políticos y profesionales para responder a una realidad cambiante», explica Antonelli. Para empezar, los investigadores realizaron un análisis en profundidad sobre lo que impulsa el extremismo y las ideologías radicales. A partir de esos resultados, estudiaron posibles contramedidas basadas en la comunicación y la educación. Entre ellas figuran varias herramientas de tecnologías de la información y la comunicación, así como manuales para profesores. A continuación, el equipo se dedicó a desarrollar políticas, herramientas metodológicas, un conjunto de señales de alerta temprana, habilidades y conocimientos que pudieran utilizarse para abordar la radicalización. Por último, el equipo del proyecto compartió las soluciones propuestas con agentes de la sociedad civil, profesionales y responsables políticos.

Empoderar a la sociedad contra el extremismo

La radicalización es un proceso, mientras que el extremismo se refiere a las creencias de una persona. Uno de los resultados más importantes del proyecto es una metodología innovadora para analizar la radicalización violenta. El método, plenamente probado y validado, utiliza una combinación de planteamientos participativos, como un laboratorio social, y herramientas de investigación tradicionales, como las encuestas. «La singularidad de esta estrategia consiste en situar a las personas —las víctimas más frecuentes de este extremismo— como principales protagonistas en la prevención de la radicalización violenta», destaca Antonelli. «En vez de dirigir la conversación, los responsables políticos asumen un papel de apoyo, desarrollando políticas orientadas a empoderar a la sociedad contra el extremismo».

Un plan para abordar la radicalización violenta de forma integral

En parte gracias a esta metodología, el equipo del proyecto PARTICIPATION ha desarrollado un plan no solo para comprender las causas profundas de la radicalización violenta en Europa, sino también para adoptar un planteamiento basado en la sociedad a fin de abordar dichas causas. Al implicar a los responsables políticos, junto con la sociedad civil, las minorías marginadas, las comunidades científicas y el mundo académico, el equipo del proyecto cree que puede contribuir a que las sociedades democráticas sean más sólidas frente a la amenaza del extremismo y la polarización. «Demostramos que es posible y necesario contrastar el extremismo violento, así como los regímenes autoritarios que amenazan a algunos países europeos, con una mejora de la calidad de la democracia y la reconstrucción de la alianza entre las ciencias sociales y la sociedad civil», concluye Antonelli. Para reforzar aún más este vínculo, el equipo del proyecto está estudiando cómo añadir la cocreación a la metodología de PARTICIPATION. Los investigadores también han dado a conocer los resultados del proyecto a través de la plataforma First Line Practitioners.

Palabras clave

PARTICIPATION, extremismo violento, radicalización, polarización, extrema derecha, terrorismo yihadista, sociedad civil, democracia

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