Un jardín submarino sembrado por turistas
La jardinería de esponjas, praderas marinas, algas y corales será realizada por profesionales, pero sobre todo por turistas.
Sergio Rossi, coordinador del proyecto OCEAN CITIZEN
Europa afronta una alarmante degradación de sus ecosistemas marinos, que amenaza la biodiversidad y los medios de vida que dependen de ella. Son especialmente preocupantes los ecosistemas vulnerables dominados por bosques marinos, como los terrenos de esponjas, las praderas marinas, los corales y los jardines de gorgonias. La restauración activa reconstruye hábitats mediante métodos donde los científicos siembran activamente organismos siguiendo soluciones basadas en el ecosistema. El objetivo de la técnica es permitir la conectividad entre las zonas marinas protegidas y las zonas saludables, reforzando aún más la restauración natural y la resiliencia costera al cambio climático. En el proyecto OCEAN CITIZEN, financiado con fondos europeos, investigadores y empresas privadas desarrollan un nuevo planteamiento que utiliza la restauración activa para recuperar biomas marinos desatendidos, centrándose en los bosques marinos. El equipo del proyecto creará arrecifes artificiales submarinos para impulsar la biodiversidad, combinando la ciencia ciudadana con las últimas investigaciones ecológicas. El proyecto OCEAN CITIZEN realizará primero un estudio en profundidad de las zonas potencialmente regeneradas, antes de adaptar el material, la morfología y la distribución del arrecife artificial para potenciar los efectos sobre la biodiversidad y la captura de carbono. A continuación, el equipo creará un modelo económico para conseguir que la jardinería submarina sea autosostenible, mediante el turismo y los créditos de biodiversidad para los bosques marinos. «El cultivo de esponjas, praderas marinas, algas y corales será realizado por profesionales, pero sobre todo por turistas», explica Sergio Rossi, investigador marino de la Universidad de Salento y coordinador del proyecto OCEAN CITIZEN. «Actuarán como verdaderos jardineros, tal y como los entendemos en tierra: plantarán, observarán los cambios y cuidarán de los organismos plantados activamente», afirma. El proyecto se llevará a cabo en una serie de «grupos» que ensayarán distintas técnicas de restauración en los mares Ártico, Báltico, Mediterráneo y Atlántico. El objetivo de OCEAN CITIZEN es ir más allá de la noción de restauración de ecosistemas y adoptar la de regeneración: eso incluye mejorar la conectividad y funcionalidad de los hábitats teniendo en cuenta los vínculos de interdependencia entre, por ejemplo, las algas, las praderas marinas y los bosques de animales marinos en hábitats naturales. «También estamos haciendo pruebas en la zona crepuscular del océano y en zonas de la plataforma continental para comprender el éxito global de esta restauración del hábitat y la regeneración funcional», añade Rossi. «El modelo se exportará a otras zonas, para permitir la ampliación de esta iniciativa».
Palabras clave
carbono azul, nexo océano-clima-biodiversidad, adaptación y mitigación del cambio climático, secuestro de carbono, servicios ecosistémicos, biodiversidad marina, funcionamiento del ecosistemas, ecología funcional, ordenación del espacio marítimo, enfoque ecosistémico