Tecnologías de limpieza masiva en ecosistemas marinos
El plástico es persistente y tóxico, de ahí su amenaza sin precedentes para los ecosistemas. Los vertidos de plásticos y productos químicos se producen en varios puntos del ciclo de vida y los polutantes resultantes se transportan por todo el planeta, impulsados por el viento y las corrientes oceánicas. Los plásticos también pueden hacer que los organismos marinos se enreden en ellos y bloquear su tubo digestivo, lo que les impide alimentarse y provoca cambios en su comportamiento. Además, las especies exóticas invasoras, como cangrejos, moluscos e incluso peces, pueden cruzar el océano haciendo autostop y viajar sobre los residuos plásticos o en su interior. En un estudio reciente se descubrió que 170 billones de partículas de plástico flotan en los océanos del planeta. Un total de diecisiete socios del proyecto In-No-Plastic han adoptado un planteamiento totalmente holístico para abordar este problema. «Nuestras estrategias no solo se centran en los macroplásticos, sino también en los microplásticos y los nanoplásticos en distintos ecosistemas acuáticos», explicó Ben Alcock, coordinador del proyecto, a lo que añadió que «nuestros procesos eliminan tanto los macroplásticos como los microplásticos y nanoplásticos». La eliminación de residuos plásticos reduce la contaminación, ayuda a proteger y preservar los hábitats marinos, salvaguarda las especies vulnerables y fomenta la biodiversidad. Por tanto, el objetivo es retirar los residuos plásticos para evitar que se acumulen en «puntos críticos» de contaminación y evitar repercusiones negativas en la función de los ecosistemas y los procesos ecológicos. Para evitar la eliminación accidental de organismos marinos durante las campañas de limpieza, el equipo de In-No-Plastic utiliza técnicas y prácticas responsables con el medio ambiente. La aplicación de estrategias adecuadas de gestión de residuos, como el uso de métodos de recogida selectivos y no destructivos, tripulados o no, puede ayudar a minimizar los daños a los organismos marinos.
Estrategia social
Existen incentivos para las poblaciones locales a través de una aplicación de colaboración masiva para teléfonos inteligentes y que incluyen compensaciones económicas. Quizá el mayor incentivo sea la concienciación social fomentada por los seminarios prácticos y las demostraciones basadas en la realidad virtual de los beneficios que reporta a las economías locales la retirada de los residuos marinos de las zonas costeras. Las empresas, las comunidades locales y el turismo prosperan en ecosistemas más limpios y diversos. La participación de las comunidades locales se logró a través de las redes sociales con actividades voluntarias de limpieza y pruebas de reciclaje de residuos marinos con productos tangibles como papeleras, bolsas de basura, etc. Cabe destacar que la familia real neerlandesa participó en un seminario práctico del proyecto en la isla caribeña de San Martín con motivo de la feria científica In-No-Plastic «Nature Under Threat», una de las actividades sobre el terreno organizadas por los socios.
Métodos técnicos
Es bien sabido que los plásticos resultan nocivos para el ecosistema a macroescala, donde pueden ser ingeridos o se enredan en los desechos. Sin embargo, debido a la influencia de los rayos ultravioleta solares y a factores físicos como el viento y las olas, los plásticos pueden descomponerse en microplásticos con un tamaño inferior a 5 mm y en nanopartículas con un tamaño inferior a 100 nm. «Dependiendo del entorno acuático y del tipo y tamaño de la basura plástica, se aplican diferentes tecnologías», comentó Alcock. «Las estrategias técnicas incluyen sistemas de aglomeración para recoger nano y micropartículas, productos químicos respetuosos con el medio ambiente que ayudan a que las micropartículas se adhieran entre sí y sistemas de filtración para eliminar macro y microplásticos del agua». Además, el uso de robots autónomos de recogida para retirar la basura plástica de playas y costas ha resultado muy prometedor. Estos robots pueden funcionar de forma independiente, utilizando sus sistemas de visión para identificar residuos plásticos y sus brazos robóticos para recoger y transportar la basura para su reciclaje. También se fomenta la recogida manual de basura mediante recompensas sociales y el uso de sistemas de seguimiento basados en datos.
La importancia del seguimiento
El equipo de In-No-Plastic ha incorporado un sistema de seguimiento para recopilar datos sobre sus actividades cada seis meses durante dos años. El protocolo del proyecto incluye el seguimiento de la zona, la actividad biológica y sus activos naturales antes de llevar a cabo actuaciones. De este modo, se puede hacer un seguimiento de la eficacia de las nuevas tecnologías y de las actividades de limpieza, así como de sus efectos en el ecosistema marino. Asimismo, se han estudiado diferentes tipos de biodiversidad y ecosistemas en lugares de prueba emblemáticos de todo el mundo, como Venecia (Italia), la isla croata de Krk, la isla caribeña de San Martín (Antillas Neerlandesas) y el río Támesis en Londres (Reino Unido). Ya se han desmentido dos ideas erróneas muy generalizadas sobre la contaminación marina, a saber: que el turismo es el principal responsable y que los macroplásticos son el principal problema. «El seguimiento también permite medir el nivel de concienciación pública a partir de la experiencia de la ciencia ciudadana», añadió Alcock, «y revela el impresionante efecto que tiene la basura en nuestras costas». «En cuanto a la sostenibilidad, un factor importante para mantener la biodiversidad, el proyecto pretende asignar fondos público-privados para continuar sus actividades, lo que garantizará que la participación de la comunidad continúe incluso después de la finalización de In-No-Plastic», concluyó Alcock.
Palabras clave
In-No-Plastic, marino, reciclado, basura plástica, biodiversidad, estrategia social, estrategias técnicas, participación de la comunidad