Las personas LGTBI+ que solicitan asilo exigen un sistema más justo
Las solicitudes de asilo de personas lesbianas, gais, transgénero, bisexuales, intersexuales y de género variante (LGTBI+) van en aumento. Es frecuente que estas personas sufran discriminación y pueden ser víctimas de persecución en su país natal, por lo que necesitan buscar asilo en países menos hostiles. Aunque el número de personas de la comunidad LGTBI+ que huye de la persecución va en aumento, existe una relativa falta de estudios académicos e informes de ONG que se centren en este tipo tan específico de solicitud de asilo. Según Nuno Ferreira, codirector del Centro de Investigación sobre Derechos Humanos de Sussex, se debe, sobre todo, a que hasta ahora los investigadores y los responsables políticos no se habían dado cuenta de que las solicitudes de asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género estaban tan extendidas. «Hasta hace poco, las personas que solicitaban asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género eran bastante invisibles dentro de la población total de refugiados. Al mismo tiempo, las prioridades de la política y los medios de comunicación solían orientarse hacia otros temas. Los expertos se preocupaban más las tendencias sociales racistas, xenófobas, homófobas y transfóbicas», explica. Tras entrevistar a casi quinientas personas, incluidos responsables políticos, abogados, activistas de ONG y solicitantes de asilo, el proyecto SOGICA (Sexual Orientation and Gender Identity Claims of Asylum: A European human rights challenge), financiado por el Consejo Europeo de Investigación (CEI), ha conseguido trazar un panorama detallado del problema, además de preparar recomendaciones para futuras políticas. «Ofrecemos un análisis integral y profundo de las solicitudes de asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Este análisis se basa en un enfoque comparativo, interdisciplinar y empírico. En primer lugar, usamos estudios de caso de Alemania, Italia y el Reino Unido, junto con la Unión Europea (UE) y el Consejo de Europa. Los abordamos desde la doble perspectiva del derecho y la sociología y los completamos con entrevistas y encuestas. Estamos especialmente orgullosos de haber establecido contacto con más de doscientas personas refugiadas y solicitantes de asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género», añade Ferreira.
En pro de unas políticas mejores
Las conclusiones del proyecto reflejan la gama de problemas a los que se enfrentan quienes solicitan asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género. A nivel europeo, Ferreira y su equipo observaron, sobre todo, que el Sistema Europeo Común de Asilo (SECA) de la UE no da una respuesta suficiente a las necesidades y los derechos de las minorías afectadas por cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Al mismo tiempo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no tramita las peticiones de las personas que solicitan asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género de forma que respete realmente el Convenio Europeo de Derechos Humanos. «A nivel nacional, no es mucho mejor», comenta Ferreira. «Las autoridades competentes sobre el asilo tramitan las solicitudes por cuestiones de orientación sexual e identidad de género de forma inadecuada e ilícita. Niegan a los solicitantes asesoramiento jurídico y servicios de interpretación de calidad y se basan en estereotipos. Tienden a seguir una línea de interrogatorio intrusiva y denigrante, y exigen una fuerza probatoria injustificadamente alta». Trámites jurídicos aparte, las conclusiones del proyecto indican que los refugiados y solicitantes de asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género suelen verse expuestos a violencia y discriminación en lo que respecta al alojamiento, el acceso a la sanidad, el mercado laboral y la escolarización. Aunque las ONG hacen todo lo que pueden por salvar esta brecha, a menudo carecen de recursos. Sin embargo, no todo es negro y pesimista. Se han establecido algunas prácticas positivas, como interpretaciones de nociones clave de la definición de refugiado o modalidades de procedimiento que respetan las cuestiones de orientación sexual e identidad de género que, según Ferreira, merece la pena replicar en toda Europa. «Todas estas conclusiones y nuestras propuestas básicas para la mejora general de los sistemas de asilo en Europa se comentan en detalle en nuestro próximo libro, en el que se analizan los resultados en el contexto de Alemania, Italia y el Reino Unido. Se publicará a finales de 2020, en formato electrónico y de acceso libre», señala Ferreira. Además de este libro, el equipo ha publicado casi cincuenta artículos y una base de datos de más de mil documentos de jurisprudencia y de orientación, así como otros elementos relacionados con el asilo por cuestiones de orientación sexual e identidad de género. El proyecto ha emitido treinta recomendaciones para políticas nacionales y treinta y dos para la UE, que Ferreira espera que se tengan en cuenta en la elaboración de la nueva estrategia europea sobre la igualdad de las personas LGTBI+. «En última instancia, imaginamos un sistema de asilo que, si se siguen nuestras recomendaciones, garantice que todos los agentes implicados tengan formación suficiente en cuestiones de orientación sexual e identidad de género y favorezcan una cultura de empatía con estas minorías. El punto de partida de la toma de decisiones debería ser la autoidentificación de la persona solicitante», concluye.
Palabras clave
SOGICA, asilo, LGTBI+, orientación sexual, identidad de género
