El hidrógeno desempeña un papel cada vez más importante en los sistemas energéticos sostenibles
Desencadenar el potencial del elemento más abundante en el universo
Pero ¿se apagará la chispa del hidrógeno de forma natural con el tiempo? ¿Será su breve ascenso simplemente la última moda en la búsqueda de alternativas energéticas limpias y respetuosas con el clima? Por ejemplo, lleva más de una década hablándose de las pilas de combustible alimentadas con hidrógeno como alternativa limpia a los combustibles fósiles, pero parece que su gran rival —en forma de coche eléctrico— ha sido el que ha capturado la imaginación del público y de la esfera política. Al tratar de responder a esta pregunta, se observa que el momento actual podría ser realmente el indicado para que el hidrógeno despunte, en vista de que no parece que el reciente interés y el entusiasmo que han despertado las tecnologías basadas en el hidrógeno vayan a desaparecer a corto plazo. Al contrario, es probable que su popularidad aumente aún más, puesto que el trauma mundial de la COVID-19 está comenzando a centrar las miradas en el modo de construir una nueva economía verdaderamente sostenible en el mundo posterior a la pandemia. Como señala la AIE en su informe «El futuro del hidrógeno», publicado en 2019, suministrar hidrógeno a usuarios industriales es ahora un negocio en auge y la demanda actual de hidrógeno triplica ya la de 1975 y sigue creciendo. La agencia destaca también que, a día de hoy, la mayor parte de la producción de hidrógeno se deriva de combustibles fósiles, especialmente del gas natural. Ciertamente, a primera vista no parece un método muy ecológico, pero son muchos los proyectos y demostraciones recientes que ponen de manifiesto que la producción de hidrógeno puede (y debe) sustituir a los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables. Dado el menor coste de la energía solar, hidráulica y eólica, construir electrolizadores en lugares con buenas condiciones de recursos renovables para producir hidrógeno podría convertirse en una solución ecológica de bajo coste, aunque transportar el hidrógeno hasta los usuarios finales conlleve gastos añadidos. A largo plazo, se están fomentando ya ideas positivas para integrar el hidrógeno en sectores a los que, hasta la fecha, es totalmente ajeno, como la construcción y la generación de energía, aunque es probable que el transporte sea el primer sector realmente capaz de aprovechar el potencial del hidrógeno por completo. La Comisión Europea dispone de su propia Empresa Común Pilas de Combustible e Hidrógeno, una iniciativa cuyo objeto es demostrar que las tecnologías de las pilas de combustible y el hidrógeno son uno de los pilares fundamentales de los futuros sistemas europeos de energía y transporte. Los siete proyectos que se incluyen en el número especial de este mes se financian y apoyan a través de la citada empresa común. Cada uno de ellos está dedicado a demostrar cómo podría el hidrógeno ser un combustible viable de bajo coste y eficiente desde el punto de vista energético en el futuro y, por tanto, tener un potencial real para contribuir en gran medida al ambicioso objetivo de la Unión Europea de llegar a ser totalmente neutra en carbono de aquí a 2050. Le animamos a que nos comunique su opinión. Puede remitir sus preguntas o sugerencias a: editorial@cordis.europa.eu.