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Nuevos caminos en la investigación sobre virus

El respaldo europeo a la investigación sobre virología siempre ha sido sólido. Este esfuerzo ya contribuye a combatir la pandemia de COVID-19 y será fundamental para luchar contra otros retos víricos tanto actuales como futuros. En este Results Pack, se presentan varios proyectos innovadores financiados con fondos europeos que contribuyen tanto a la lucha contra el SARS-CoV-2 como al campo de la virología en general y que además amplían el conocimiento que se posee sobre los mecanismos de los virus y nuestra capacidad para crear tratamientos y vacunas antivíricas eficaces.

La vulnerabilidad de los humanos ante los virus es algo que se sabe desde mucho antes de esta pandemia. De hecho, las epidemias víricas son una constante en la historia de la humanidad. Solo en los últimos cuarenta años nos hemos enfrentado a virus muy distintos como el Zika, el Ébola, el de la fiebre del dengue, el SARS e incluso el VIH. Ninguno de estos virus alcanzó por suerte la misma intensidad pandémica que la del virus que provoca la COVID-19, pero las epidemias regionales y mundiales de muchos de estos virus han provocado trastornos socioeconómicos enormes y, mucho más trágico, innumerables víctimas mortales. Desde su aparición a principios de la década de los años ochenta del siglo pasado, 75 millones de personas se han contagiado con el VIH, de las cuales han muerto cerca de 32 millones. La epidemia de Ébola de 2014 en África occidental se cobró 11 300 vidas en solo dos años y ahora, bajo la sombra de la COVID-19, los virólogos combaten además otra reaparición del Ébola en la República Democrática del Congo.

De la gripe española a la COVID-19

No obstante, ninguna amenaza vírica desde la pandemia de gripe española de 1918 y 1919 había provocado tantos trastornos a escala mundial como la que está provocando la COVID-19. Se calcula que la gripe española segó la vida de entre 17 y 100 millones de personas. Durante la redacción de este artículo editorial, en mayo de 2020, la mortalidad por la COVID-19 era por suerte mucho menor que las estimaciones más bajas de la cantidad de gente que falleció a causa de la gripe española. Además, la mayoría ha sufrido síntomas leves y se ha recuperado completamente. Por supuesto, el progreso científico, sobre todo en el campo de la salud pública, la epidemiología y la biología vírica, durante los últimos cien años es uno de los determinantes de las marcadas diferencias en la cantidad de fallecidos. Los virólogos poseen ahora un conocimiento mucho más profundo sobre la transmisión de patógenos y sus efectos, estrategias de mitigación y la biología fundamental de los virus como una familia distinta de organismos. Sin embargo, sigue siendo un campo en constante evolución, e incluso antes de la pandemia actual, los virólogos desarrollaban investigaciones con las que generar herramientas de prevención y terapéuticas más eficaces (vacunas entre ellas) contra la enorme cantidad de virus que afectan a los humanos en todo el mundo.

Presentación del apoyo de la financiación europea a la investigación sobre virus

La Unión Europea, mediante su programa Horizonte 2020, respalda la investigación innovadora sobre virología y ha intensificado sus esfuerzos durante la crisis de la COVID-19. En total, se financiaron más de cien proyectos con más de 200 millones de euros. Ante la pandemia actual, este Results Pack, en el que se muestran proyectos principalmente financiados por el Consejo Europeo de Investigación (CEI), se propone ofrecer a sus lectores una idea clara de las tendencias científicas actuales en materia de biología vírica. Algunos de los proyectos presentados se centran en el desarrollo de aplicaciones específicas en la lucha contra determinados virus. Otros se dedican a ahondar en una investigación más básica con la que conocer mejor los factores biológicos, genéticos o de otra índole, que definen a los virus. La obtención de este tipo de conocimiento abre la puerta al diseño, el ensayo y la aplicación de tratamientos más avanzados para su empleo a corto plazo en el entorno clínico.