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Pressured to Attack: How Carrying-Capacity Stress Creates and Shapes Intergroup Conflict

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Una visión nueva sobre el conflicto intergrupal

En las investigaciones se sugiere que las presiones externas hacen que los seres humanos sean más solidarios, siendo el conflicto una forma de último recurso para mejorar la propia comunidad.

A juzgar por los titulares, parece que los humanos somos una especie rencorosa. «La historia está llena de ejemplos de grupos de personas que luchan entre sí, un patrón desafortunado que continúa hoy en día», afirma Carsten De Dreu, catedrático de la Universidad de Groninga. Pero ¿se debe este comportamiento a que el ser humano está programado para que no le gusten los «extraños» o a otros factores? «Los humanos también son muy capaces de preocuparse por los demás, a menudo están dispuestos a ayudar y empatizar con los necesitados, y suelen tener aversión a hacer daño a los demás», añade De Dreu. «¿Cómo conciliar esta capacidad de cuidar con una omnipresente tendencia a la lucha?». Con el apoyo del proyecto ATTACK, financiado con fondos europeos, De Dreu se propuso averiguarlo.

Los procesos y las presiones que impulsan los conflictos intergrupales

Según De Dreu, aunque la investigación en ciencias del comportamiento ha mejorado nuestra comprensión del conflicto intergrupal, se ha centrado exclusivamente en los procesos a nivel micro dentro de los grupos en conflicto y entre ellos. Lo que ignora son las presiones a nivel macro que podrían contribuir a tales conflictos, presiones como el cambio climático o la escasez de recursos. «Nuestro objetivo era ver si estas presiones a nivel macro se relacionan con los procesos a nivel micro, centrándonos específicamente en si las primeras desencadenan las segundas, dando lugar en última instancia a los conflictos intergrupales», explica De Dreu.

El papel del estrés por capacidad de carga

Para empezar, el equipo del proyecto propuso el estrés por capacidad de carga (CCS, por sus siglas en inglés), que los grupos experimentan cuando carecen de los recursos necesarios para funcionar, como el eslabón perdido entre las presiones a nivel macro y los procesos a nivel micro. «El CCS es una función de las presiones a nivel macro y crea conflictos intergrupales porque afecta a la motivación a nivel micro para contribuir a la capacidad de lucha de un grupo», añade De Dreu.

Del conflicto intergrupal al intercambio cooperativo

Partiendo de la teoría de juegos, los investigadores comprobaron su hipótesis mediante una serie de experimentos de laboratorio tanto en culturas occidentales como no occidentales. Lo que descubrieron es que el CCS es una causa novedosa y por tanto no identificada de los conflictos entre grupos de personas, pero no de la forma que cabría suponer. En lugar de hacer que la gente sea rencorosa con los de fuera, el CCS hace que los humanos se preocupen más por los de su propio grupo o comunidad. Por ello, se llevan a cabo ataques agresivos contra extraños como medio para mejorar el grupo interno. «Contrariamente a lo que nosotros y otros antes que nosotros solemos suponer, los individuos no son intrínsecamente negativos respecto a los grupos externos», señala De Dreu. «El contexto importa y proporcionar a los individuos no solo opciones para agredir a los extraños, sino también opciones para beneficiarlos, podría ayudar a relajar las relaciones intergrupales y mover a los grupos hacia el intercambio cooperativo».

Un paradigma nuevo para reflexionar sobre los conflictos intergrupales

El proyecto ATTACK, que adopta un método interdisciplinar de la ciencia del comportamiento, que se nutre de la psicología social y política, la economía experimental y la neurociencia cognitiva, ha reorientado nuestra forma de ver los conflictos intergrupales. «Al proporcionar un posible nuevo paradigma para pensar y estudiar las relaciones intergrupales, nuestro trabajo podría abrir la puerta a formas novedosas de intervenir, prevenir y resolver algunos de los conflictos que siguen causando tanto sufrimiento», concluye De Dreu. El equipo del proyecto, que recibió apoyo del Consejo Europeo de Investigación, trabaja actualmente para ampliar las implicaciones de su investigación, estudiando, por ejemplo, cómo puede influir el CCS en la cooperación intergrupal.

Palabras clave

ATTACK, conflicto intergrupal, ciencia del comportamiento, conflicto, cambio climático, escasez de recursos, estrés por capacidad de carga

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