Desvelar los secretos de las lápidas medievales en los Balcanes Occidentales
Los «stećci» son lápidas medievales que han sobrevivido a millares y formado parte del paisaje durante más de medio milenio. Situadas en Bosnia y Herzegovina, el oeste de Serbia, el oeste de Montenegro y el sur y el centro de Croacia, las lápidas muestran, como describe la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco): «Una amplia gama de motivos decorativos e inscripciones que representan continuidades iconográficas en la Europa medieval, así como tradiciones locales concretas». El proyecto SOLMUS de la Unión Europea (UE) espera llevar esta rica historia cultural a un público más amplio. «Es una pena que la existencia de este patrimonio se desconozca fuera de la pequeña región en la que se desarrolló. ¿Cómo es que los europeos buscamos cosas exóticas al otro lado del mundo y no vemos lo que tenemos más cerca de casa, o incluso en el patio de atrás?», plantea Saša Čaval, investigadora principal del proyecto SOLMUS. Čaval realizó su investigación en la Universidad de Reading (el Reino Unido) con el respaldo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie de la UE. «Con la poca información que tenemos sobre el período medieval en los Balcanes Occidentales, creo que estudiar los “stećci” podría abrir nuestros ojos y nuestra mente a las características conductuales de esa sociedad medieval multicultural, una sociedad fuertemente anclada en las ideologías europeas, pero con un sentido diferente de la comunidad, la pertenencia religiosa y la autoridad del Gobierno», añade.
Encontrar el yacimiento adecuado
Con la ayuda de Ljubica Srdić y Ljiljana Vručinić, ambas arqueólogas en el Instituto Nacional de Bosnia y Herzegovina para la Protección del Patrimonio Histórico, Cultural y Natural en Banja Luka, Čaval se decidió por el «župa» Dabar, siendo «župa» un término administrativo medieval eslavo. «Tenía cuarenta y ocho cementerios con “stećci“, así que era perfecto para nuestras necesidades». Čaval examinó mapas antiguos y evaluó las inscripciones epigráficas e iconográficas en lápidas «stećci» en el «župa» Dabar a fin de rastrear los vínculos feudales de las personas y sus confesiones religiosas. Las imágenes por satélite también la ayudaron a rastrear a los fantasmas de la estructura social medieval que yacen bajo la superficie del paisaje. «Antes de las excavaciones, levantamos varios yacimientos con dos técnicas geofísicas, la resistividad y la magnetometría, que nos dieron información sobre lo que hay bajo la capa superficial en distintos entornos geológicos sin tener que excavar», explica. El equipo decidió centrarse en dos yacimientos: Milavići, un cementerio público todavía activo con 352 lápidas medievales, y Hatelji, un cementerio más pequeño con 13 «stećci» situados en un montículo prehistórico.
Las lápidas: una ventana al pasado
La muestra de dieciséis tumbas medievales exhumadas reveló a siete adultos y, sorprendentemente, nueve niños menores de cinco años. Erosionadas durante 600-800 años, es difícil leer las inscripciones y decoraciones de las lápidas, por lo que el equipo utilizó el escaneo en tres dimensiones para revelar los gravados de ocho de ellas. Además de información sobre los entierros y las personas enterradas, Čaval pudo hacerse una idea sobre los distintos tipos de cementerios con «stećci» y su desarrollo. «Esperamos completar nuestras excavaciones en estos y otros yacimientos el año que viene, lo que aclararía algunas de las teorías que estamos creando». Todavía se están realizando los microanálisis de los restos humanos y las muestras de sedimentos, ya que la pandemia detuvo todo el trabajo en los laboratorios científicos y las universidades, lo que retrasó el trabajo un año. «No me sorprendió la riqueza de la información que desenterramos en solo una temporada de nuestro trabajo de campo. Incluso este pequeño paso hacia la comprensión de los Balcanes Occidentales en la Baja Edad Media nos proporcionó mucha información y suscitó preguntas que serán respondidas por nuestro trabajo y el de nuestros compañeros en el futuro», explica Čaval. La investigadora quedó especialmente sorprendida por el sentimiento de la población local de ser los cuidadores de este patrimonio. «La población está muy interesada en lo que les ocurre a estas lápidas. Aunque reconocen que no existe un vínculo directo o familiar con las personas enterradas bajo los “stećci”, les preocupa que se retiren los monumentos de su lugar original y se lleven, por ejemplo, a un museo. A lo largo de los siglos, las personas que compartieron el espacio con los “stećci” fueron quienes los mantuvieron para nosotros», añade. El proyecto SOLMUS planteó más preguntas que quieren ser respondidas y Čaval espera que una financiación adicional le permita aclarar la estructura social multicultural de Bosnia y Herzegovina en la Edad Media.
Palabras clave
SOLMUS, Bosnia y Herzegovina, «stećci», lápidas medievales, vínculos feudales, Balcanes Occidentales