Transformar el vidrio: de una cáscara inerte a piel viva
El uso del vidrio, un material estéticamente atractivo y versátil, en el sector de la construcción es cada vez más popular. Esto supone un reto clave para la Unión Europea a la hora de alcanzar sus objetivos de aumentar el número de edificios de consumo de energía casi nulo y de lograr la neutralidad climática para 2050. La razón subyacente es que el vidrio es, en gran medida, un material ineficiente desde el punto de vista energético, ya que a través de él entra o sale mucho calor, lo que conlleva una pérdida de energía y una climatización deficiente. En el proyecto financiado con fondos europeos GlasSkin, PHYSEE —una empresa de I+D— se propuso abordar estas cuestiones con SmartSkin, su tecnología de ventanas inteligentes. «El proyecto se ideó para hacer realidad nuestra aspiración de transformar el vidrio de forma que dejase de ser una cáscara inerte para convertirse en una piel viva mediante la incorporación de nuestra tecnología patentada de revestimiento, energía solar y sensores en unidades de vidrio aislante totalmente transparentes», señala Willem Kesteloo, coordinador del proyecto. Gracias a esta innovación, las ventanas se convierten en una fuente de energía y dejan de ser un sumidero, lo que ofrece tiempo de retorno energético en lugar de seguir teniendo un coste alto.
Un análisis más detallado de SmartSkin
«Hemos comprobado que, en la actualidad, el mercado quiere dos cosas. En primer lugar, disponer del entorno más saludable, cómodo, productivo e inteligente para trabajar y vivir», explica Kesteloo. En segundo lugar, tener un edificio energéticamente neutro o de energía positiva. Sin embargo, en este momento, estas dos necesidades no están alineadas. Esto se debe a que ofrecer más confort suele implicar el uso de más energía. La tecnología SmartSkin se adapta al entorno interior y exterior y optimiza la luz natural, el calor/frío y el aire para conseguir la climatización deseada. Puede reducir el consumo de energía de un edificio hasta en un 30 % sin comprometer el diseño ni el confort. «Gracias a nuestros últimos algoritmos de aprendizaje automático, conseguimos ofrecer la combinación perfecta entre un entorno saludable y un edificio de energía positiva», añade Kesteloo.
Penetrar en la industria del vidrio
En GlasSkin, PHYSEE ha desarrollado aún más su tecnología para llevarla al nivel en el que su rendimiento compense con creces los costes para las partes interesadas, algo que, en última instancia, permitirá ampliarla al mercado internacional. Las ventanas SmartSkin se instalaron con éxito en varios proyectos piloto en los Países Bajos y han obtenido la certificación EN 1279, otorgada por el socio fabricante de vidrio NSG Pilkington. «A pesar de haber sufrido retrasos debido a la pandemia de COVID-19, también hemos conseguido establecer colaboraciones oficiales de SmartSkin con dos de los cuatro mayores fabricantes de vidrio del mundo, y tenemos muchos proyectos en marcha que quieren poner en práctica la tecnología», confirma Kesteloo. De cara al futuro, la hoja de ruta de los productos de PHYSEE se centrará en mejorar sus actuales tecnologías del internet de las cosas y de energía solar integradas en ventanas, además de otras aplicaciones para las fachadas de los edificios, como persianas, ventilación natural e iluminación artificial. Esta oferta mejorada de productos se llama SENSE y SmartSkin es una parte crucial de ella. Tal como concluye Kesteloo: «También estamos muy interesados en solicitar el proyecto piloto mejorado del Consejo Europeo de Innovación para mantener nuestro impulso, ya que lo que más nos mueve es nuestro sentido de la urgencia. Si realmente queremos que el parque inmobiliario europeo alcance los niveles de eficacia energética exigidos, queda mucho trabajo por hacer, y nosotros pretendemos desempeñar el papel que nos corresponde».
Palabras clave
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