Plásticos autolimpiables y resistentes al agua para automóviles
El ejemplo más notorio de autolimpieza que se puede hallar en la naturaleza es el de la hoja de la flor de loto. Esta cualidad se ha atribuido a la existencia de nanoestructuras muy resistentes al agua llamadas micropilares. La hidrofobia y la autolimpieza son propiedades deseables en los plásticos, y por ello se han investigado técnicas sintéticas con las que crear nanoestructuras que reúnan esas características. La Unión Europea concedió financiación a un proyecto llamado NANOCLEAN con el propósito de optimizar y ampliar la escala de las tecnologías necesarias para producir plásticos nanoestructurados con capacidad de autolimpieza para su uso en coches. Esta investigación ha posibilitado la constitución de varias empresas pequeñas que están logrando avances hacia aplicaciones comerciales. Concretamente, el equipo del proyecto probó técnicas como el láser pulsado y el moldeo industrial por inyección empleando moldes con superficies nanoestructuradas para obtener un plástico hidrofóbico y con capacidad de autolimpieza basado en la estructura del loto. También se desarrollaron varios polímeros con fórmulas nuevas y modificadas y se estudiaron sus propiedades hidrofóbicas. Una de las principales conclusiones de la investigación es que es posible aplicar micro y nanotexturas sobre superficies curvadas tridimensionales y que estas texturas poseen durabilidad. Los prototipos obtenidos con la tecnología de NANOCLEAN presentaron humectabilidad y propiedades de autolimpieza, así como ciertos efectos ópticos que podrían aprovecharse en otras aplicaciones. En suma, el proyecto demostró que el moldeo por inyección supone una técnica prometedora para desarrollar una superficie nano/microestructurada con prestaciones elevadas y costes posiblemente bajos. Se espera que la propuesta de NANOCLEAN resulte de utilidad en vehículos de pasajeros e industriales, pudiendo además hallar aplicaciones en ámbitos como la biomedicina, la electrónica y los electrodomésticos.