Un reparto justo del agua en interés de todos
El acceso limitado a agua en regiones semiáridas en vías de desarrollo ha intensificado la presión para que el agua se emplee en actividades de «valor económico superior», lo cual ha ido en detrimento de los ecosistemas y los medios de sustento de la población local. En las regiones semiáridas de África han existido programas orientados hacia la gestión integrada de recursos hídricos (GIRH), el fomento de medios de sustento sostenibles y la conservación de la biodiversidad (CB), pero han evolucionado de manera independiente entre sí, lo cual no ha hecho sino agravar la pobreza y dañar la biodiversidad. El proyecto Intrepid («Desarrollo de políticas para una gestión integrada de ríos transfronterizos») se puso en marcha con el propósito de poner de relieve la necesidad de adoptar un método integral en la CB que permita reforzar la seguridad medioambiental, lograr una democracia participativa que aumente las garantías sociales e incrementar la renta per cápita para impulsar el crecimiento económico. El proyecto se fundamentó en la Directiva Marco del Agua (DMA) europea y su equipo escogió el sistema de la cuenca fluvial del Mara (en Kenia y Tanzania) como estudio de caso a partir del cual elaborar un marco conceptual que sirviera para orientar los esfuerzos de investigación y las iniciativas de regulación en materia de prácticas sostenibles, así como el establecimiento de asociaciones equitativas en cuanto a la gestión de los recursos hídricos. Con este fin, los investigadores crearon un sistema de información basado en web para responsables políticos, investigadores, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales (ONG) y organizaciones de base comunitaria, un sistema con el cual coordinar las actividades y reforzar las colaboraciones entre los responsables de los aspectos medioambientales y económicos en la cuenca hidrográfica examinada. También organizaron un taller sobre normativa para subsanar las lagunas en la base de datos accediendo a conocimientos e información sin publicar y, de este modo, proporcionar un foro para la promoción de las buenas prácticas y la definición de la dirección más adecuada que deberían seguir las futuras investigaciones. Los resultados de Intrepid sirvieron, pues, como marco en el cual integrar tres áreas de interés hasta ahora disociadas y, de este modo, trabajar por una gestión futura de los recursos hídricos en las zonas semiáridas de África que sea acertada y justa. La aplicación de las recomendaciones emanadas del proyecto, y de las correspondientes prácticas sostenibles, debería potenciar el desarrollo económico, proteger los medios de sustento y ayudar a conservar la biodiversidad.