Utilización de vacunas con plásmidos para combatir las alergias
La frecuencia de enfermedades alérgicas como el asma y la rinosinusitis crónica ha aumentado sustancialmente en las últimas tres décadas. Por ello, se necesitan tratamientos preventivos como vacunas de ADN basadas en alérgenos. Los socios de este proyecto europeo han utilizado alérgenos comunes de los ácaros del polvo y del polen de Parietaria officinalis para desarrollar vacunas basadas en plásmidos. El consorcio de científicos en el marco del proyecto ALLDNAVAC desarrolló esta investigación para formular y probar vacunas que regulasen las reacciones alérgicas. Más en concreto, los socios del proyecto del DRFZ, en Alemania, han desarrollado una vacuna de ADN que libera el antígeno directamente en el complejo principal de histocompatibilidad (MHC) de Clase II. En esta región se codifican las proteínas que regulan la carga de antígenos en las proteínas del MHC del compartimento lisosómico. Esto ha sido posible mediante la unión del antígeno ovoalbúmina con un péptido de cadena invariante que puede unirse a una gran cantidad de alotipos de MHC de clase II. Dos características del sistema previenen la activación de la respuesta inmune humoral, basada en la producción de anticuerpos. En primer lugar, el ADN plasmídico indujo una fuerte diferenciación de linfocitos T sin respuesta inmune. A continuación, el antígeno se retiene en las células transfectadas, lo que puede suponer una opción más segura. En términos generales, esta vacuna de ADN basada en plásmidos puede ser un vehículo para que el linfocito T cooperador Th2 pueda actuar sin desencadenar reacciones alérgicas. Asimismo, se podrían seleccionar las respuestas de linfocitos T deseadas para tratar las reacciones autoinmunes.