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INnovation in Safety Pharmacology for Integrated cardiovascular safety assessment to REduce adverse events and late stage drug attrition.

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Nuevos métodos innovadores para descubrir fármacos más seguros

Las tecnologías nuevas, junto con una formación de vanguardia, pueden ayudar a garantizar que la próxima generación de fármacos aprobados sea segura para los ensayos clínicos y, en última instancia, para los pacientes.

Salud icon Salud

La evaluación de la seguridad de los fármacos candidatos nuevos antes de iniciar los ensayos clínicos es una fase crítica del desarrollo de fármacos. Todo el proceso es arriesgado y caro; colocar un solo fármaco en el mercado puede costar alrededor de 1 000 millones de euros. Un elemento crítico de las evaluaciones de seguridad de los fármacos se refiere a los posibles efectos adversos relacionados con el sistema cardiovascular. Aunque un fármaco sólo aumente mínimamente las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, el impacto en grandes poblaciones podría ser desastroso. «Cada vez hay más conciencia de que los fármacos contra el cáncer pueden tener efectos duraderos o retardados en el sistema cardiovascular», afirma Pieter-Jan Guns, coordinador del proyecto INSPIRE de la Universidad de Amberes, en Bélgica. «Así, el peligro es que los pacientes de cáncer de hoy se conviertan en los pacientes de insuficiencia cardiaca de mañana».

Evaluar la seguridad cardiovascular de los fármacos

El objetivo general del proyecto INSPIRE, que contó con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, era avanzar en las evaluaciones de la seguridad cardiovascular de los fármacos candidatos. «Aquí hay dos cuestiones clave», señala Guns. «En primer lugar, ¿provocará el fármaco un daño inmediato a los voluntarios? Y segundo, a largo plazo, ¿será el fármaco un riesgo para los pacientes?». Para abordar estos puntos clave, el equipo del proyecto se propuso explorar tecnologías innovadoras e investigar la disfunción cardiovascular inducida por fármacos. «Se trataba de un proyecto de formación», añade Guns. «Trajimos a quince estudiantes de doctorado, que pudieron colaborar con la industria y el mundo académico». Entre estos socios industriales se encontraban no sólo empresas farmacéuticas, sino también especialistas en tecnología innovadora centrados en el desarrollo de herramientas para estudiar mejor los efectos cardiovasculares, así como grupos de defensa de los pacientes.

Reprogramación celular, bienestar animal y quimioterapia

La investigación se desarrolló en torno a cuatro grupos clave. El primero estudió la reprogramación de las células humanas de la piel para convertirlas en células del músculo cardiaco en el laboratorio, lo que puede servir para analizar fármacos. «Una ventaja clave de esta técnica es que se trata de células humanas, y no de un animal», explica Guns. «No hay problemas de traslación. También existe la posibilidad de utilizar células derivadas de pacientes». Un segundo grupo, centrado en la tecnología, estudió formas nuevas de minimizar el estrés de los animales. Por ejemplo, se han desarrollado sensores nuevos para controlar los parámetros cardíacos de los animales que conviven. Normalmente, estos animales se habrían alojado por separado, lo que causa problemas de bienestar. Mientras tanto, los estudiantes del tercer grupo analizaron las formas de evaluar mejor los problemas como la hipertensión. Se desarrollaron modelos nuevos para medir la rigidez arterial y el flujo sanguíneo. Y en el cuarto grupo, se identificó una proteína (denominada SERPINA3) como biomarcador eficaz para identificar a pacientes con riesgo de disfunción cardiovascular causada por fármacos quimioterapéuticos.

Expertos en evaluación de la seguridad de los fármacos de nueva generación

Estas son sólo algunas de las conclusiones del proyecto. Guns espera que estos resultados prometedores tengan continuidad a medida que los estudiantes desarrollen sus carreras. De hecho, el proyecto también ha tenido un impacto muy positivo en la formación de la próxima generación de expertos en evaluación de la seguridad de los fármacos. Tres estudiantes ya han defendido sus tesis doctorales, y los demás tienen previsto hacerlo el año que viene. También se organizaron con gran éxito cinco escuelas de verano en las que se reunieron estudiantes, académicos y expertos de la industria. «La respuesta fue muy positiva, y la Escuela de Verano de INSPIRE continuará en los próximos años», afirma Guns. «Pudimos explicar la seguridad de los medicamentos en su desarrollo y ofrecer algunas perspectivas profesionales, lo que fue muy apreciado por los participantes».

Palabras clave

INSPIRE, fármacos, pacientes, cardiovascular, células, quimioterapia, cáncer, biomarcador

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