Rastrear el flujo de plata en la antigua cuenca mediterránea
La plata es maleable, duradera y tiene mucho valor en poco volumen. Otra de sus ventaja es que no se la comen los roedores. Todos estos factores, y otros más, llevaron a la adopción de los lingotes de plata como moneda desde la Edad de Bronce hasta la Edad Media. La aparición de la acuñación de la moneda de plata liberó el pago del pesaje y de todo el trabajo que suponía evaluar su pureza. Este periodo se inició en el siglo VI a. C. y tuvo un éxito casi instantáneo, lo que dio lugar a una oleada de innovaciones y cambios sociales. Por ejemplo, en la antigua Grecia, la acuñación de la moneda facilitó el reclutamiento de un gran número de hoplitas mercenarios, la invención definitiva del arte militar griego. «Los grandes cargueros enviados por los griegos para comprar cereales, proporcionaban a Egipto su única fuente de plata. El dinero manchado de sangre pagado a los mercenarios griegos por Alejandro Magno también creó el flujo de cantidades considerables de dinero de plata», explica Francis Albarède, coordinador del proyecto SILVER, financiado por el Consejo Europeo de Investigación. Y cuando ese mercenario llega a casa con su plata: «Compra un terreno, un par de esclavos y se casa con su mujer. Luego se dirige al ayuntamiento, donde espera ser escuchado por las autoridades locales. No es casualidad que, en el transcurso del siglo V a. C., cincuenta ciudades-estado griegas se convirtieran a la democracia», afirma Albarède, profesor emérito de la École Normale Supérieure de Lyon (Francia), anfitriona del proyecto. El equipo se propuso averiguar dónde se extraía la plata, cuándo se acuñaba y cómo se utilizaba. El equipo de SILVER exploró varias vías, como la investigación de las fuentes de la plata no acuñada, el establecimiento del vínculo entre las minas griegas y las primeras monedas griegas, y el análisis del tesoro persa capturado por Alejandro Magno para identificar dónde se extrajo la plata.
Los isótopos de plomo sugieren posibles fuentes de lingotes
La plata, extraída mediante la técnica metalúrgica conocida como cupelación, suele tener una pureza superior al 90 %, a diferencia del plomo y el cobre, en los que el metal puede constituir una parte menor. Como se conoce bien la tasa de desintegración radiactiva del uranio y el torio en diferentes isótopos de plomo, y la abundancia de isótopos de plomo varía con la edad tectónica de la fuente local, los geoquímicos pueden «leer» la historia de los distritos mineros en los que crecieron los minerales de plomo argentíferos durante tiempos geológicos. Albarède señala: «Nuestro grupo, introdujo el análisis de isótopos de plata en la historia y la arqueología a principios de la década de 2010. Se necesita una gran precisión porque el rango de variación es pequeño, y esto importa porque los isótopos de plata permiten al arqueólogo evaluar si los lingotes extraídos de una mina concreta se han utilizado para acuñar monedas de plata». Entre todos los minerales sugeridos por los isótopos de plomo como posibles fuentes de lingotes, la plata se utiliza para descartar las posibles minas que no podrían haber producido metal precioso suficiente para apoyar la acuñación. La combinación de isótopos de plomo y plata reduce el número de fuentes de lingotes aceptables para una moneda determinada en un factor de aproximadamente veinte.
El análisis isotópico revela el papel que desempeñó el flujo de plata en la antigüedad
En el proyecto se revelaron algunas conclusiones fascinantes. «En el año 330 a. C., Alejandro Magno se apoderó de suficiente plata de los palacios persas, como Persépolis y Susa, para cargarla en ciento cincuenta camiones semirremolque», añade Albarède. El origen de estos tesoros de plata puede explorarse analizando los isótopos de plomo y plata de las emisiones militares persas y de la abundante acuñación de plata de Alejandro y sus sucesores. «La mayor parte de la plata tiene sus fuentes en torno al Egeo. Los tesoros almacenados por Darío III se acumularon gracias a los tributos pagados por las distintas satrapías del Imperio. Este flujo impuesto aumentó la presión para extraer plata en torno al Egeo y obligó a las satrapías desprovistas de minas de plata, típicamente Egipto, a dedicarse al comercio a larga distancia para obtener los lingotes que debían pagar a los persas», explica Albarède. En un periodo posterior, el fuerte aumento del número de naufragios en el fondo del Mediterráneo en el siglo VI a. C. refleja la expansión de la minería de la plata, la disponibilidad de lingotes en el Egeo y la acuñación de moneda. El proyecto finalizó y ahora se está evaluando su impacto. Albarède espera que el trabajo allane el camino hacia una comprensión global y cuantitativa de la historia del desarrollo monetario en el Mediterráneo antiguo. «A largo plazo, contribuirá a la aparición de una comunidad de analistas, numismáticos e historiadores económicos con conocimientos compartidos sobre la monetización de las sociedades antiguas y su gestión de los recursos de metales preciosos», afirma.
Palabras clave
SILVER, Consejo Europeo de Investigación, isótopos de plomo, lingotes, análisis isotópico, antigüedad, Alejandro Magno, Grecia antigua, cuenca mediterránea, minería, monetización, comercio