La tecnología favorece el envejecimiento en buenas condiciones
Se calcula que al menos una cuarta parte de la población de la Unión Europea tiene sesenta años o más. Pero, como se suele decir, «los sesenta son los nuevos cuarenta». Al fin y al cabo, el envejecimiento de la población europea va acompañado de un aumento de la esperanza de vida, lo que conlleva que cada vez haya más personas que viven más. Sin embargo, la dificultad estriba en garantizar una elevada calidad de vida durante los años dorados. «Llegar a la edad de jubilación no debe significar perder el sentido de la vida o la capacidad de seguir participando en la sociedad», afirma Mac MacLachlan, director del Instituto para el Aprendizaje y la Vida Asistida en la Universidad de Maynooth (Irlanda). Según MacLachlan, para disfrutar de una vida más larga y saludable son necesarias tecnologías que prevengan o reduzcan el riesgo de lesiones, fragilidad y enfermedades crónicas. El proyecto financiado con fondos europeos SHAPES contribuye a aportar esas tecnologías. «Con el objetivo de ofrecer a las personas de mayor edad un sentimiento de pertenencia, así como oportunidades de participación, en el proyecto SHAPES se quería descubrir formas de ayudar a las personas a seguir viviendo en sus casas y permanecer activas en sus comunidades», agrega MacLachlan, coordinador del proyecto.
Tecnologías digitales y asistenciales
La tecnología constituye la esencia del proyecto, en concreto, las tecnologías digitales y asistenciales. «Estas tecnologías se comunican a través de una plataforma, lo que les permite interactuar entre sí, compartir datos y experiencias y aprender unas de otras», explica Michael Cooke, director del Departamento de Psicología de la Universidad de Maynooth y codirector proyecto junto con MacLachlan. Una de esas innovaciones es un robot doméstico. El robot, llamado Kompaï, está programado para hacer rondas autónomas en una casa durante toda la noche. Si detecta que la persona está fuera de la zona especificada, como el dormitorio, el robot le pregunta si necesita ayuda. A continuación, puede ayudar a la persona a llegar a donde quiere, ya sea al baño o de vuelta al dormitorio. El robot también está equipado con una alarma que se activa en caso de caída. «Kompaï ha demostrado ofrecer a los ancianos una mayor sensación de seguridad en sus hogares durante la noche», destaca Cooke. Otras tecnologías desarrolladas durante el proyecto son: una aplicación para crear entornos de vida inteligentes que promuevan hábitos de vida saludables y condiciones de vida independiente; una herramienta de apoyo a la rehabilitación a distancia y en el hogar; una tecnología de videollamada fácil de usar; aplicaciones de atención y seguimiento a distancia; y una pista de baile para fomentar la actividad física.
Mejores oportunidades para la población europea que envejece
Gracias al equipo interdisciplinar del proyecto, formado por psicólogos, antropólogos, economistas, sociólogos, diseñadores, ingenieros, informáticos, médicos y voluntarios mayores, el proyecto SHAPES demostró cómo la tecnología puede ayudar a las personas a envejecer mejor. «El objetivo último es lograr que algunas de nuestras tecnologías y prácticas innovadoras sean adoptadas por los proveedores de servicios y las personas de edad avanzada», concluye MacLachlan. «También esperamos que nuestro trabajo estimule nuevas investigaciones y proyectos que traten de crear oportunidades iguales o mejores para la población europea que envejece», añade Cooke. En el proyecto no solo se demostró cómo las tecnologías pueden conectar a usuarios, médicos y familiares, sino que además posibilitó la oportunidad de trasladar al hogar algunos procedimientos que antes requerían una visita al hospital. Asimismo se desarrollaron diferentes prácticas éticas, modelos de gobernanza y recomendaciones políticas para respaldar el envejecimiento saludable a nivel nacional e internacional.
Palabras clave
SHAPES, digital, tecnologías asistenciales, robótica, envejecimiento, enfermedades crónicas, robot