¿Qué ocurre tras el doctorado?
¿Qué sucede después de un arduo doctorado? Los resultados de una nueva encuesta que contó con el apoyo del proyecto DocEnhance, financiado con fondos europeos, ofrecen un panorama revelador sobre la situación laboral y las competencias de los titulares de un doctorado, así como sobre el valor de sus títulos. La encuesta actual, ampliación de una encuesta de 2017 acerca de los titulares de doctorados, pidió a los participantes que contestaran una serie de preguntas sobre qué repercusiones creían que su doctorado había tenido en sus carreras. Se centraba en la formación en competencias transferibles, la satisfacción con respecto a los cursos de doctorado, la colaboración con organizaciones externas durante el doctorado y la movilidad intersectorial a lo largo de sus carreras. La encuesta contó con participantes de nueve universidades de toda Europa. En conjunto, se demostró que los titulares de doctorados están bastante satisfechos con los programas doctorales, más del 60 % volvería a cursar el mismo programa de formación doctoral en la misma institución. Además, los titulares de un doctorado encuentran rápidamente empleo tanto fuera como dentro del sector universitario, «aunque los contratos temporales siguen siendo una situación frecuente (y desagradable)», según el informe de la encuesta. Las universidades y las organizaciones de investigación son la fuente más importante de empleo para los titulares de un doctorado, y más de dos tercios de ellos se dedican a la investigación en sus puestos actuales. Sin embargo, solo el 31 % de los que trabajan en sectores no universitarios investigan como parte de sus funciones profesionales. Cabe señalar que casi la mitad de los encuestados afirmaron que trabajan en puestos que no requieren tener un doctorado. Como se explica en el estudio: «El requisito del doctorado era claramente más importante para los que se dedican a la investigación en su trabajo, casos en los que el doctorado era necesario para la mayoría de los participantes, en comparación con aquellos que no se dedican a la investigación, casos en los que solo era necesario para una minoría». Es más, aunque la mayoría de programas doctorales ofrecen una formación en competencias transferibles, estos tienden a centrarse en la investigación y otras competencias universitarias, según los encuestados, que señalaron el pensamiento crítico-analítico y la resolución de problemas como las habilidades más importantes que adquirieron. Afortunadamente, las competencias de los titulares de doctorados al graduarse concuerdan con las habilidades necesarias para el empleo, a pesar de que los desajustes en materia de competencias difieren en función de los distintos sectores laborales.
Recomendaciones para mejorar los programas de formación doctoral
Los resultados de la encuesta aportaron algunas recomendaciones para las instituciones de formación doctoral. Las universidades deberían diversificar su formación con el fin de abarcar mucho más que solo las competencias universitarias e investigativas, y deberían fomentar el desarrollo de competencias a través de vías diferentes. Además de la formación en competencias formales, estas deberían fomentarse a través de la colaboración y la movilidad durante el doctorado, así como la formación en el puesto de trabajo. Las universidades también deberían recoger información sobre los destinos profesionales y el uso de las competencias de los titulares de doctorados mediante encuestas de seguimiento profesional. Asimismo, se debería recoger información sobre las competencias necesarias en diversos sectores laborales y en varios tipos de empleo. Tal y como se afirma en el informe del proyecto DocEnhance (Enhancing skills intelligence and integration into existing PhD programmes by providing transferable skills training through an open online platform): «Los resultados de este informe indican que las personas encaminadas hacia carreras no universitarias se sienten, en general, menos preparadas para la transición laboral en comparación con las que permanecen en el sector universitario y, además, muestran menos positividad con respecto al valor añadido de un doctorado en su carrera». Por lo tanto, proporcionar consejos profesionales fundados y dirigidos a los investigadores doctorales al principio de su formación les aportaría más información sobre posibles trayectorias profesionales. La formación en competencias transferibles también debería depender de los planes profesionales de los investigadores doctorales y debería ir acompañada de un apoyo para construir sus carteras de competencias. Por último, las universidades deberían fomentar las colaboraciones con socios no universitarios durante los doctorados a fin de desarrollar competencias y reforzar las perspectivas laborales de los candidatos. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto DocEnhance
Palabras clave
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