Aumentar la resiliencia urbana al cambio climático
Se estima que, de aquí a 2050, alrededor del 66 % de la población mundial vivirá en áreas urbanas. Con el objetivo de ayudar a las ciudades a afrontar los efectos del cambio climático, el proyecto financiado con fondos europeos RESCCUE se ha propuesto apoyar a las áreas urbanas de todo el mundo para que sean más resilientes. «Para decirlo de forma más precisa, RESCCUE ha proporcionado herramientas y modelos innovadores a fin de mejorar la capacidad de las ciudades para resistir y recuperarse rápidamente de diferentes situaciones de choque y estrés relacionadas con el clima, así como de mantener la continuidad de los servicios», explica Marc Velasco, coordinador del proyecto.
El camino hacia la resiliencia
En lo que respecta al ciclo hidrológico urbano y a las inundaciones, el proyecto ha obtenido diversos logros importantes. Uno de ellos es la generación de escenarios del cambio climático para las tres ciudades que participan en RESCCUE (Barcelona, Bristol y Lisboa) basándose en diferentes variables climatológicas, como la temperatura y las precipitaciones. «Estas ciudades se han convertido en plataformas de ensayo para las soluciones revolucionarias que se han desarrollado en el marco de RESCCUE», señala Velasco. Además, se crearon modelos sectoriales para ofrecer unos conocimientos más profundos de la respuesta de los servicios urbanos durante condiciones climatológicas extremas, como tormentas fuertes. «Además, presentamos y probamos diferentes metodologías a fin de desarrollar un análisis de múltiples riesgos para estos servicios y sus infraestructuras», añade Velasco. Las estrategias de adaptación, elaboradas a partir de conjuntos de medidas, pueden ayudar a las ciudades a adaptarse a las repercusiones climáticas y a aumentar su resiliencia. Sin embargo, existen muchas medidas para elegir, lo cual supone un reto cuando hay que actuar con urgencia. Para ayudar a las ciudades a priorizar las medidas de adaptación, RESCCUE propuso una metodología que se puede ajustar a diferentes ciudades. Esta metodología se probó en Barcelona, Bristol y Lisboa. «Basándose en los planes climáticos existentes de las ciudades y en los talleres con las partes interesadas, el proyecto propuso cuatro estrategias y veintisiete medidas para Barcelona, tres estrategias y catorce medidas para Bristol y seis estrategias y veinticuatro medidas para Lisboa», afirma Velasco. Para centrarse en el ciclo hidrológico urbano y unificar el trabajo del proyecto, también se desarrollaron planes de acción sobre la resiliencia para las tres ciudades de RESCCUE. Estos planes de acción proporcionan una hoja de ruta para lograr la resiliencia al cambio climático. «Se trata de planes temáticos que contribuyen a su planificación global. Los servicios urbanos incluidos en estos planes eran el suministro de agua, las aguas residuales, las aguas pluviales, los residuos, la energía eléctrica y la movilidad», explica Velasco. Todos los resultados, las herramientas principales, los modelos, los conjuntos de datos y las metodologías de RESCCUE se presentan en un juego de herramientas orientado a usuarios finales, responsables municipales y operadores de servicios urbanos. Estas soluciones están listas para su despliegue en diferentes ciudades con distintas presiones debidas al cambio climático.
Modelizar el futuro
«Lo que se ha conseguido en RESCCUE es solo el principio. El trabajo seguirá avanzando y las ciudades estarán más preparadas para enfrentarse a los retos que les depare el futuro», comenta Velasco. Se espera que las metodologías y herramientas del proyecto tengan un efecto significativo en el sector de la resiliencia urbana de Europa, ya que sentarán las bases para evaluar, planificar y gestionar la resiliencia de las ciudades en diferentes entornos urbanos. Con respecto a lo que va a suceder en el futuro, Velasco concluye: «Deberían utilizarse modelos de impacto y múltiples riesgos para mejorar la planificación y el funcionamiento de los principales servicios urbanos a fin de hacer frente a los efectos del cambio climático. Las sinergias con proyectos actuales y futuros y las experiencias relacionadas con los sistemas de alerta rápida a medio y corto plazo —que incluyen predicciones estacionales—, así como las proyecciones a largo plazo, podrían ayudar a salvar esta brecha».
Palabras clave
RESCCUE, ciudades, cambio climático, servicios urbanos, resiliencia urbana, ciclo hidrológico urbano, fenómeno meteorológico extremo, planes de acción sobre la resiliencia