Una herramienta de apoyo a la toma de decisiones reduce los plaguicidas y aumenta el rendimiento de los cultivos y de los beneficios económicos
La constante necesidad de crecimiento en la producción agrícola se combina, paradójicamente, con una disponibilidad limitada de suelo y recursos naturales, además de condiciones climáticas desfavorables. Los agricultores luchan contra esta realidad. Por un lado, se les está presionando para cambiar hacia una mayor sostenibilidad, especialmente en cuanto a la reducción del uso de plaguicidas, fertilizantes y agua. Y, por otro lado, los mercados mundiales demandan un aumento de la producción. El proyecto DESSA, financiado con fondos europeos, «ofrece información precisa y en tiempo real para apoyar las decisiones de los agricultores sobre la planificación adecuada en el uso de plaguicidas, con el objetivo de reducir la cantidad de aplicaciones sin poner en riesgo el rendimiento ni la calidad del cultivo», afirma Giuseppe Mazzoli, coordinador y director general de la empresa 3CiME. En 2009, la GIP se incluye en una Directiva de la Unión Europea relativa a lograr un uso sostenible de plaguicidas. Desde 2014 este sistema agrícola ha sido obligatorio en la Unión Europea. Se considera que la GIP es algo fundamental para la intensificación sostenible de la producción de cultivos y la reducción del riesgo de los plaguicidas. En la GIP todas las medidas de protección fitosanitaria se examinan junto con las medidas necesarias que evitan el crecimiento de las poblaciones de plagas. Sin embargo, implementar este enfoque integral a la agricultura sostenible puede ser algo difícil de gestionar.
Un sistema de apoyo a las decisiones basado en la web para optimizar las medidas orientadas a la protección de los cultivos
Los socios del proyecto desarrollaron un sistema de apoyo a las decisiones basado en el internet de las cosas y compuesto por sensores instalados en una explotación agrícola que miden parámetros esenciales, como la humedad y la presencia de plagas o esporas. Dichos parámetros se introducen en un software basado en la nube que ha sido construido durante el proyecto e incluye modelos de plantas. El software está compuesto por algoritmos que procesan los datos. Las medidas exactas que deben tomarse en función de las circunstancias de cada explotación agrícola se envían al instante a los agricultores a través de sus dispositivos inteligentes. «El sistema mejora la toma de decisiones de los agricultores en cuanto a la protección de los cultivos, reduciendo los costes de producción e impulsando la sostenibilidad de los cultivos y la calidad de la producción», explica Mazzoli. El sistema de apoyo a las decisiones es sencillo y aborda la reticencia del sector agrario a incorporar soluciones digitales, ya que ha sido desarrollado en estrecha colaboración con agricultores y cooperativas. Asimismo, está totalmente alineado con la Directiva de la Unión Europea, dado que implica a los agricultores en lo relativo a las prácticas con riesgos limitados sobre la salud de los humanos y el medio ambiente, además de priorizar el bajo consumo de plaguicidas.
Potenciar la calidad y el rendimiento de los cultivos mientras se reduce el consumo de recursos
El equipo del proyecto DESSA instaló y validó con éxito el prototipo en una plantación de tomates, del tamaño de una hectárea, en Italia. Los resultados mostraron un incremento del 15 % en el rendimiento de los cultivos, una reducción del 30 % en el uso de plaguicidas y una reducción del 16 % en los costes generales de producción. A mediados de 2019, seis meses después de finalizar el proyecto DESSA, el consorcio divulgó intensamente estos conocimientos entre los agricultores. La agricultura inteligente, y en particular la agricultura de precisión que era una de las prioridades del proyecto, tiene una amplia gama de aplicaciones. Entre 2018 y 2026 se prevé que el mercado de la agricultura de precisión tenga una tasa de crecimiento anual compuesta del 12 %. Su valor superó los 4 000 millones de euros en 2018 y se prevé que llegue a los 7 000 millones de euros en 2026. «La herramienta de apoyo a la toma de decisiones del proyecto DESSA es el primer sistema que incorpora sensores en los campos, con un software analítico basado en la nube que utiliza avanzados modelos de plantas específicamente para cultivos, orientados a una amplia gama de frutas y hortalizas», concluye Mazzoli. «Los granjeros necesitarán menos tiempo para controlar las enfermedades en el campo, utilizarán plaguicidas de manera más sostenible y verán cómo aumentan sus beneficios».
Palabras clave
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