La posible división en dos especies de los mosquitos de la malaria
La especie de mosquito causante de la mayoría de las infecciones de malaria en África parece estar bifurcándose en dos ramas diferenciadas, según indica un nuevo estudio. Los descubrimientos, publicados en dos artículos de la revista Science, poseen implicaciones de gran calado en los trabajos destinados a controlar dicha enfermedad, ya que han de asegurar la efectividad contra las dos ramas. Por otro lado, los autores advierten de la importancia de estudiar la composición genética de distintas especies de mosquito. Más de 200 millones de personas sufren la malaria en todo el mundo, pero el continente más castigado es África, donde la mayoría de los casos se producen por causa del mosquito Anopheles gambiae. Existen dos ramas de A. gambiae, denominadas M y S, que son físicamente idénticas en todas las fases de su vida y que pueden cohabitar las mismas casas y volar en los mismos enjambres de apareamiento. No obstante, existen varias diferencias en su comportamiento. Por ejemplo, la larva S se encuentra normalmente en charcos de agua de lluvia donde apenas hay depredadores pero que se secan con rapidez, mientras que la larva M suele encontrarse en masas de agua más voluminosas pero que contienen más depredadores. En el primer estudio los investigadores secuenciaron los genomas de ambas ramas y desvelaron diferencias genéticas importantes entre ellas. Éstas están repartidas por todo el genoma, lo que hace pensar a los científicos que pueden afectar al desarrollo, los hábitos alimentarios y la reproducción de los insectos. En estudios anteriores se había sugerido la existencia de pocas diferencias genéticas entre las dos ramas. En el segundo estudio se elaboró un mapa de la divergencia genética entre ellas. Los experimentos revelaron una divergencia aparente en su evolución y que las regiones del genoma que difieren están implicadas en la reproducción, la longevidad, la resistencia a los plaguicidas, la tolerancia a la aridez y el hábitat larvario, entre otros aspectos. En resumen, los científicos concluyen que las diferencias genéticas entre las ramas M y S son mucho mayores de lo que se sospechaba y que el proceso de especiación está más avanzado de lo que se creía. Esto es de suma importancia para el control de la malaria, pues los rasgos a los que se dirigen los programas de erradicación, como los hábitos alimentarios y la susceptibilidad a los insecticidas, entre otros, pueden no ser iguales en los dos mosquitos. «Los resultados de nuestro estudio nos permiten ver que los mosquitos están evolucionando mucho más rápido de lo que pensábamos y, desafortunadamente, las estrategias que podrían funcionar contra una rama de mosquito podrían no ser efectivas contra otra», afirmó la Dra. Mara Lawniczak del Imperial College, primera firmante del estudio. «Es importante identificar y estar atento a estos cambios genéticos escondidos en los mosquitos si deseamos conseguir control efectivo de la malaria combatiendo a los insectos.» «La malaria es una enfermedad mortal que afecta a millones de personas en todo el mundo y que es responsable de una de cada cinco muertes infantiles en África», añadió el profesor George Christophides del Imperial College de Londres. «Sabemos que la mejor forma de reducir la cantidad de personas contagiadas por la malaria pasa por reducir también la cantidad de mosquitos vectores de la enfermedad. Nuestros estudios nos ayudan a conocer mejor los mosquitos que transmiten la malaria para poder encontrar nuevas formas de prevención del contagio a humanos.»
Países
Burkina Faso, Camerún, Francia, Malí, Reino Unido, Estados Unidos