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La nueva legislación europea da esperanza a los pacientes en espera de trasplantes

La Unión Europea ha aprobado una nueva legislación con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que esperan para someterse a un trasplante de órgano. En los últimos cincuenta años, miles de personas de todo el mundo han recibido una nueva oportunidad en la vida gra...

La Unión Europea ha aprobado una nueva legislación con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que esperan para someterse a un trasplante de órgano. En los últimos cincuenta años, miles de personas de todo el mundo han recibido una nueva oportunidad en la vida gracias a los avances médicos en los trasplantes. No obstante, la demanda es muy superior a la cantidad de órganos disponibles y, actualmente, unos 56.000 pacientes en la UE están en listas de espera para trasplantes, mientras que 12 personas mueren cada día esperando un nuevo órgano. El objetivo de la nueva directiva europea es aumentar las posibilidades de recibir un nuevo órgano (especialmente en aquellos casos en los que la compatibilidad es complicada) e incrementar la seguridad de los trasplantes en la UE. Las medidas destinadas a mejorar las perspectivas de recibir un órgano incluyen la introducción de normas de calidad y seguridad; la recolección estandarizada de las características de los órganos; el establecimiento de un mecanismo para la transmisión de esta información; y la creación de un protocolo para el intercambio transfronterizo de órganos, que asegure la trazabilidad de los mismos y que permita notificar adversidades graves. La directiva también ha sido elaborada para proporcionar más protección a los pacientes de trasplantes. Sobre este punto, la legislación obliga a los Estados miembros a establecer programas de calidad y seguridad para hacer un seguimiento de los resultados; a diseñar un sistema de trazabilidad de los órganos que asegure el anonimato tanto del donante como del receptor; y a avanzar en la recolección de información de «adversidades graves» relacionadas con la obtención y el transporte de los órganos, así como con las pruebas necesarias. Además, los Estados miembros deben establecer un sistema para autorizar el suministro de órganos, así como un programa de trasplantes basado en criterios comunes de calidad y seguridad. Este sistema proporcionaría a los usuarios y a los profesionales de la salud una lista completa de centros autorizados en toda la UE. Finalmente, los Estados miembros están obligados a garantizar que todas las donaciones sean voluntarias y no retribuidas. Los gobiernos disponen de un plazo máximo de dos años para aplicar las nuevas normas. La nueva legislación se adoptó pocas semanas después de que se publicase una nueva encuesta del Eurobarómetro sobre la donación y el trasplante de órganos. Los resultados del sondeo son preocupantes, y sugieren que la disposición de los europeos para donar sus propios órganos, o para consentir la donación de órganos de un pariente fallecido, podría estar decayendo. De acuerdo con el Eurobarómetro, el 55% de los encuestados sería partidario de donar sus órganos después de la muerte. Esta cifra ascendía al 56% en 2006. Más de la cuarta parte (el 27%) se muestra contraria a donar sus órganos. Un poco más de la mitad (el 53%) estaría dispuesta a dar su consentimiento para que los órganos de un familiar se empleasen en un trasplante. Existe una gran variación entre los Estados miembros, siendo Suecia (83%), Malta (77%) y Bélgica y Finlandia (ambos con un 72%) los que mejor disposición muestran con respecto a la donación. De acuerdo con la encuesta, existe una alta correlación entre el hecho de tratar la donación con los familiares y la voluntad de donar órganos. «Por lo tanto, no resulta sorprendente que la predisposición para convertirse en donante no haya mejorado desde 2006 a 2009, puesto que tampoco lo ha hecho la frecuencia con la que se trata el tema», concluye el informe. Otros factores que influyen en la voluntad de donar incluyen el nivel de estudios, la edad (los mayores de 55 tienden a tener una peor disposición para la donación) y las dificultades económicas.

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