El riesgo de obesidad infantil aumenta si la embarazada está a régimen
Investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) han descubierto que los hijos de mujeres que hayan seguido una dieta excesiva durante el embarazo podrían correr el riesgo de tener problemas de salud a lo largo de su vida. Los resultados forman parte de EARNEST («Proyecto de programación temprana de la nutrición»), financiado con 13,4 millones de euros a través de la prioridad «Calidad y seguridad alimentaria» del Sexto Programa Marco (6PM). Los hallazgos se publicaron en la revista Journal of the Federation of American Societies of Experimental Biology. Los investigadores descubrieron que estos niños se enfrentan a un mayor riesgo de obesidad y que experimentarían los efectos negativos de la obesidad a menor edad. Sus descubrimientos se basan en un estudio que se llevó a cabo con corderos cuyas madres se habían sometido a una dieta estricta durante la gestación y a las que, después, se les permitió ganar peso. Al comparar a estos corderos con otros gordos cuyas madres no se habían sometido a una dieta estricta, se observó que no tenían mucha capacidad para almacenar grasa. Según los investigadores, los corderos que tienen poca capacidad para engordar acumulan la grasa en otros órganos, entre ellos el corazón. «Las ovejas son [animales] muy propicios para investigar estos efectos, porque la duración de su embarazo es parecida a la de los humanos y, cuando los corderos nacen, se encuentran en una fase de desarrollo parecida a la de los niños», explicó el profesor Mike Symonds, de la Universidad de Nottingham. El método que se utilizó para favorecer que los corderos engordaran es parecido a la forma en la que los niños suelen ganar peso de forma excesiva: «comiendo mucho y haciendo poco ejercicio». El primer efecto negativo de la obesidad que se detectó en los corderos fue un aumento de la resistencia a la insulina, una afección que se caracteriza por que las cantidades normales de insulina no son suficientes para producir una respuesta normal por parte de las células del hígado, las grasas y los músculos. La insulina es una hormona que regula el almacenamiento de glucógeno (azúcar transformada) en el hígado y acelera la oxidación del azúcar en las células. La eficacia de esta regulación se ve mermada en los individuos que padecen resistencia a la insulina. Los resultados muestran que la resistencia a la insulina, uno de los síntomas del síndrome metabólico, puede conducir al deterioro de la salud de aquellos corderos cuyas madres habían seguido una dieta con restricción de nutrientes si los comparamos con los corderos cuyas madres no se habían sometido a ningún tipo de régimen. Los resultados de este estudio permiten hacernos una idea de lo que puede suceder en los humanos. Según los investigadores, los adolescentes con exceso de peso son más propensos a desarrollar el síndrome metabólico que los que tienen un peso normal. Los adolescentes que pueden llegar a tener exceso de peso debido a que sus madres decidieron hacer dieta durante el embarazo podrían tener más problemas que aquellos que tienen sobrepeso por otras razones. «Los hallazgos ponen de relieve la necesidad de consumir una cantidad óptima de alimentos durante el embarazo y nos muestran los peligros que existen tras seguir una dieta excesiva durante este periodo de tiempo», subrayó el profesor Symonds. Por su parte, la profesora Lucilla Poston del King's College de Londres (que participa en EARNEST), afirmó: «Este interesante estudio pone de relieve la importancia que tiene para las futuras madres hacer una dieta sana durante el embarazo.» Seguir un régimen de restricción excesiva de alimentos durante el embarazo puede provocar un efecto contrario al deseado. «Es mucho más recomendable perder peso antes de quedarse embarazada y, después, esforzarse por no ganar mucho peso durante el embarazo», añadió. El consorcio EARNEST, coordinado por la Universidad de Múnich (Alemania), está representado por un equipo multidisciplinario de treinta y ocho instituciones de dieciséis países europeos, entre las que se incluye el Instituto de Fisiología de la República Checa, la Universidad de Pécs (Hungría), el Instituto de Salud Pública de Noruega, el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), NUMICO (Alemania), Biovitrium (Suecia) y Ashwell Associates (Reino Unido).
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Alemania, Reino Unido