La nutrición en los primeros años de vida es clave para la salud posterior
Una investigación financiada con fondos comunitarios está desentrañando la influencia que ejerce la nutrición durante la gestación y los primeros años de vida sobre el riesgo de padecer obesidad, afecciones coronarias y problemas cognitivos a edades más avanzadas. Es más, científicos del proyecto EARNEST («Proyecto de programación temprana de la nutrición») ya han convertido en recomendaciones gran parte de sus descubrimientos. «Los socios del proyecto han colaborado, por ejemplo, en la redacción de recomendaciones prácticas con fundamento empírico relativas a la ingesta de grasas en la dieta durante el embarazo, la lactancia y la infancia», explicó el profesor Berthold Koletzko de la Universidad Ludwig-Maximilians (Alemania). «En el marco de esta colaboración europea también se ha estudiado qué motiva las decisiones paternas sobre nutrición y estilo de vida y qué información se suministra a los padres a través de publicaciones editadas, por ejemplo, por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y organismos científicos.» EARNEST, que está próximo a su término, recibió 13,4 millones de euros de financiación a través de la prioridad «Calidad y seguridad alimentaria» del Sexto Programa Marco (6PM). Los socios del proyecto expusieron sus hallazgos en un congreso celebrado del 6 al 8 de mayo en Múnich (Alemania). Entre otros hallazgos, destaca que el amamantamiento de bebés prematuros con leche materna aumenta considerablemente el tamaño de sus huesos y su contenido mineral veinte años después. Curiosamente, esto no guarda relación con la cantidad de minerales de la dieta de los niños, lo que sugiere la existencia de otros componentes no nutritivos en la leche materna que favorecen la fuerza ósea. Otra parte del proyecto se dedicó a investigar las consecuencias de sustituir la leche materna o en polvo por líquidos energéticos como zumos y tés azucarados. Se descubrió que estas bebidas carecen de muchos nutrientes de la leche, materna o de sustitución, y por lo tanto reducen la calidad de la dieta infantil. Este descubrimiento es importante en vista de la creciente popularidad de las bebidas energéticas. Por otro lado, los científicos de EARNEST descubrieron que enriquecer la dieta con suplementos de vitamina D podría reducir en un 27% el riesgo de preeclampsia, un problema ligado al embarazo en las madres primerizas caracterizado por hipertensión y presencia de proteínas en la orina. Además, las madres cuya dieta es rica en vegetales, hortalizas y aceites vegetales suelen presentar un riesgo menor de padecer esta complicación y aquellas que consumen pescado dos veces a la semana son menos propensas a tener un parto prematuro. Otro resultado importante del proyecto guarda relación con las diferencias en el sexo. Por ejemplo, estudios realizados en ratones han demostrado que las crías hembra de madres obesas presentan mayor concentración de insulina en la sangre, situación que no se produce en las crías macho. Además, al parecer los niños y las niñas responden de forma diferente a la cantidad de proteínas de sus dietas. Los científicos no han concluido si estas diferencias podrían afectar a la salud en estadios posteriores de la vida ni cómo, pero sus hallazgos sugieren que en el futuro podría fabricarse leche en polvo específica para niños o niñas. «Éste es un campo de investigación nuevo e interesante que sugiere que algunas de las diferencias en el riesgo de padecer una enfermedad observadas en hombres y mujeres en etapas posteriores de la vida podrían tener una explicación en las distintas respuestas a la programación [nutricional] efectuada en las etapas iniciales», comentó el profesor Koletzko. Según el coordinador del proyecto, EARNEST «puede llegar a mejorar enormemente la salud y el bienestar de las generaciones futuras, reducir costes sanitarios y sociales y mejorar la productividad y la riqueza de la sociedad». «En definitiva, hemos logrado progresos significativos en la explicación de las consecuencias de la dieta en las primeras etapas de la vida, pero, al igual que un alpinista, sentimos que hemos coronado una cima y que detrás de ésta nos hemos encontrado con otra», concluyó. «Hay que seguir investigando con profusión para comprender los efectos negativos de los factores medioambientales a largo plazo y hasta qué punto puede una madre proteger a su hijo de ellos.»
Países
Alemania