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DRIVING RE-INVESTMENT IN R&D AND RESPONSIBLE ANTIBIOTIC USE

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Recomendaciones para impulsar la I+D en antibióticos y ayudar a combatir la resistencia antimicrobiana

La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas sanitarias mundiales y va de mal en peor. Se carece de innovación en este ámbito, porque pocas grandes farmacéuticas están dispuestas a invertir en investigación y desarrollo (I+D) debido al bajo rendimiento y el elevado riesgo.

Se estima que la resistencia bacteriana cuesta a la Unión Europea (UE) al menos 1 500 millones de euros y alrededor de 25 000 vidas cada año. El desarrollo de nuevos fármacos para tratar las infecciones resistentes está quedado rezagado. Los nuevos modelos económicos que ofrecen incentivos para apoyar directamente la I+D y recompensar los resultados satisfactorios de esta para el descubrimiento y desarrollo de nuevos antibióticos llegan con amplio retraso. Estos modelos deberán, asimismo, conciliar tales incentivos con un uso y acceso responsable de estos fármacos. El proyecto financiado con fondos de la UE y la industria DRIVE-AB tenía por objeto «transformar la forma en que los responsables políticos estimulan la innovación en antibióticos, a la vez que garantizan que los antibióticos nuevos se utilicen de forma sostenible y que estén disponibles de forma equitativa para satisfacer las necesidades de la sanidad pública», explica Judith Hackett, coordinadora del proyecto. Para elaborar las recomendaciones políticas e incentivar la I+D en antibióticos, DRIVE-AB utilizó un enfoque multidisciplinario basado en la investigación que implicaba a una amplia variedad de partes interesadas, desde instituciones académicas y organizaciones de investigación hasta industrias farmacéuticas/de biotecnología. Además, los socios del proyecto definieron estándares y métricas para un uso responsable de los antibióticos e identificaron prioridades de salud pública relacionadas con los antibióticos. Calcularon, asimismo, el valor para sociedad de contar con nuevos antibióticos para estas prioridades. Además, el equipo del proyecto desarrolló y presupuestó nuevos modelos económicos para fomentar la deseada innovación en antibióticos y un uso sostenible de los nuevos antibióticos obtenidos. Incentivos para revitalizar los proyectos en materia de antibióticos e impulsar la innovación DRIVE-AB evalúo más de treinta incentivos económicos diferentes. Estudió cómo cada uno de ellos repercutiría en la innovación, el uso sostenible y la disponibilidad equitativa de los antibióticos. Un incentivo clave es la recompensa de entrada en el mercado, que tiene por objeto crear un mercado atractivo para la inversión en I+D en antibióticos atrayendo una mayor financiación del sector privado y apoyando la inversión en I+D sostenible. Un modelo desarrollado por el proyecto estima que una recompensa de entrada en el mercado de, como mínimo, 850 millones de euros por antibiótico en todo el mundo podría cuadruplicar el número de nuevos antibióticos que se introducirían en el mercado durante los próximos treinta años. De todos los incentivos analizados, se determinó que tres otros modelos eran los más eficaces a la hora de estimular la I+D y garantizar que los antibióticos críticos sigan siendo accesibles y se puedan utilizar de forma sostenible. Estos eran las subvenciones no reintegrables para investigación destinadas a instituciones educativas, empresas y otros organismo que pagan por la I+D; los coordinadores de proyectos sin ánimo de lucro que identifican y subsanan las deficiencias en los proyectos mundiales en materia de antibióticos, y el suministro a largo plazo de financiación de continuidad para garantizar un abastecimiento predecible de antibióticos genéricos a lo largo del tiempo. El proyecto establece que se necesitan 680 millones de euros anuales para financiar subvenciones y coordinadores de proyectos. Esta cifra representa un incremento de alrededor del 50 % respecto a las actuales inversiones públicas en I+D en materia de antibióticos que se realizan cada año. Nuevos incentivos y modelos para maximizar la I+D Cada incentivo pretende estimular fases concretas del proceso de I+D. Estos modelos no funcionan de forma aislada, sino que están diseñados para complementarse. Juntos conforman un ecosistema de incentivos para maximizar su eficacia a la hora de estimular la innovación, a la vez que se garantiza un uso y acceso sostenibles. «No existe una solución única para todos para incentivar la innovación en antibióticos en un mercado mundial con diversas necesidades no cubiertas y distintos sistemas sanitarios y requisitos de acceso», explica Hackett. «En última instancia, se necesitará un amplia variedad de incentivos que puedan adaptarse a cada contexto local y, así, lograr el objetivo de estimular la innovación en materia de antibióticos». «Desarrollando y probando nuevos modelos económicos para el desarrollo y el uso de antibióticos, DRIVE-AB ayudará a revitalizar la inversión en este ámbito», concluye la doctora Hackett. «Los Gobiernos y responsables políticos deben actuar ahora para aplicar estos incentivos y abordar una de las tres mayores amenazas para la salud pública, según la Organización Mundial de la Salud». DRIVE-AB fue financiado por la Iniciativa sobre Medicamentos Innovadores, una asociación público-privada entre la UE y la industria farmacéutica europea.

Palabras clave

DRIVE-AB, antibióticos, incentivos, I+D en antibióticos, resistencia a los antibióticos, innovación en antibióticos, resistencia bacteriana

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