Nuevas formas de proteger el patrimonio cultural de Europa
El patrimonio cultural es la piedra angular de la historia del continente europeo. Sus elementos se encuentran por doquier y pueden ser materiales e inmateriales: libros, imágenes, pinturas, planos, artefactos, yacimientos, uniformes, música, folklore y teatro. Por su omnipresencia, este patrimonio es importante no solo para la conformación de una identidad europea común, sino también para el desarrollo social y económico del continente. El patrimonio de Europa se fundamenta en la historia y las tradiciones de cada uno de sus países y la UE tiene la firme determinación de conservar ese pasado colectivo único y dejar un legado para el futuro. Una forma de hacerlo es a través del patrimonio cultural digital (digital cultural heritage, DCH), es decir, del uso de TIC revolucionarias que permitan reunir la diversa gama de elementos del patrimonio cultural europeo y ponerlo al alcance de todos los ciudadanos del continente. Por ejemplo, por medio de un museo virtual, un usuario situado en Grecia puede ver obras de arte expuestas en el Louvre de París, y un grupo de escolares de Estonia puede escuchar una pieza de música clásica interpretada en Viena. Gracias a la labor realizada por iniciativas financiadas por la UE como el proyecto ITN-DCH, el patrimonio cultural de Europa abarca cada vez más elementos y resulta cada vez más fácil de acceder. En palabras de su coordinador, Marinos Ioannides: «ITN-DCH tenía el cometido de ofrecer un enfoque más exhaustivo del DCH de Europa, fragmentado en la actualidad. Nos propusimos crear, a un coste rentable, un sistema de documentación, conservación, protección y presentación que abarcase todos los aspectos del patrimonio cultural». Contemplar yacimientos antiguos con tecnología nueva Para lograr esas metas, los investigadores organizaron una serie de estudios de caso que sirvieron como ejemplos de cómo aplicar un enfoque holístico a la conservación del DCH en todo su ciclo de vida. Por ejemplo, en la aldea de Nikitari (Chipre), el equipo del proyecto aplicó distintas técnicas de adquisición de datos para obtener una imagen completa de la iglesia de Asinou, incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad elaborada por la Unesco. Se emplearon drones, escáners por láser, cámaras de 360 grados y dispositivos multiespectrales terrestres, y los datos registrados se cargaron en un sistema de visualización, donde se trataron. «Ahora, los usuarios pueden realizar una visita virtual de la iglesia desde su propio dispositivo personal —afirmó Ioannides—. ¡El guía de la visita es un sacerdote!». Por otro lado, en Alemania se utilizó un triciclo parapente ultraligero para tomar imágenes áereas del castillo de Donaustauf. Después los investigadores usaron técnicas de barrido por láser y fotogrametría para generar un modelo en 3D de la estructura interna del castillo, y también una base de datos de todo el yacimiento. Tras combinar todos los registros, se generó también un modelo completo del castillo en 3D. A continuación, todo se digitalizó y se puso a disposición del público por Internet. En Carnuntum, un importante yacimiento arqueológico que se encuentra en lo que era la antigua provincia romana de Pannonia (Austria actual), los investigadores de ITN-DCH ensayaron una serie de métodos de reconstrucción, desde visualizaciones digitales hasta una reconstrucción física de algunas casas sobre sus cimientos originales. A continuación, los datos registrados se introdujeron en una aplicación específica que ya se utiliza como plataforma en la que probar contenidos geolocalizados y la aumentación de objetos en 3D. Un impulso al patrimonio cultural Estos estudios de caso, en conjunto, proporcionaron una serie de resultados y de metodologías innovadoras fundamentales. Por ejemplo, en ellos se introdujo una serie de formas nuevas de servicios personalizados que mezclan objetos físicos (materiales e inmateriales) y virtuales. Se obtuvieron así reproducciones virtuales que permiten reutilizar el patrimonio cultural en entornos de aplicación reales. También se definieron métodos rentables, como la captura virtual, la modelización en 3D, la semántica web, el archivo y la representación, con el fin de transformar la creatividad humana en «dígitos» materiales. «En definitiva, el proyecto sirvió para favorecer el valor añadido de elementos del patrimonio cultural al demostrar cómo utilizar y reutilizarlos en entornos de aplicación reales, por ejemplo, en la educación, el turismo y el entretenimiento —señaló Ioannides—. De hecho, el excepcional enfoque del proyecto recibió recientemente el reconocimiento de la Unesco por medio del prestigioso y singular UNESCO Chair Award on Digital Heritage. «Es especialmente apasionante porque justo ahora en 2018 se empieza a celebrar el Año Europeo del Patrimonio Cultural», concluyó Ioannides.
Palabras clave
ITN-DCH, Unión Europea, UE, patrimonio cultural, patrimonio cultural digital, UNESCO