Cómo afectan los cambios en las interacciones bióticas a los ecosistemas de las tierras áridas
Las tierras áridas representan el 45 % de la superficie terrestre del planeta. Combatir la degradación de las tierras y la desertificación se ha convertido en una prioridad en esas regiones y se espera que los atributos de la vegetación desempeñen un papel determinante en ese empeño. Sin embargo, para aplicar medidas correctivas eficaces, las partes interesadas han comprender todos los factores que entran en juego. Tal y como explica el Dr. Fernando Maestre, coordinador del proyecto DRYFUN en representación de la Universidad Rey Juan Carlos, las interacciones bióticas representan un vacío importante en nuestra comprensión actual del funcionamiento del medio ambiente de las tierras áridas. «Las interacciones que surgen entre especies, como la competencia por los recursos y los mutualismos, determinan en gran medida atributos clave de los ecosistemas naturales, como el número de especies, la diversidad de sus genes y los atributos funcionales que contienen. A pesar de que su importancia es reconocida, muy pocos estudios han intentado evaluar cómo influyen las interacciones bióticas en última instancia en el funcionamiento de los ecosistemas naturales, en especial en las tierras áridas». El problema radicaba esencialmente en la ausencia de datos adecuados, cuestión que se resolvió hace poco con el proyecto BIOCOM, financiado por el Consejo Europeo de Investigación (CEI). Entre 2006 y 2013, el consorcio BIOCOM recopiló información detallada sobre los factores abióticos, la estructura y el funcionamiento de 236 ecosistemas de tierras áridas de todos los continentes excepto la Antártida, convirtiéndose en el primer estudio normalizado de este tipo. Un modelo matemático del funcionamiento de las tierras áridas Con el proyecto DRYFUN, el Dr. Maestre y su equipo combinaron los resultados de BIOCOM con datos propios u obtenidos de bases de datos sobre los principales atributos funcionales de especies vegetales, como la altura de las plantas y las características de las hojas, una tarea liderada por Yoann Le Bagousse-Pinguet, investigador postdoctoral al frente de DRYFUN, y Nicolas Gross, investigador del Instituto Nacional de la Investigación Agronómica de Francia (INRA), que ha trabajado en el laboratorio del Dr. Maestre durante dos años. Esos datos se analizaron posteriormente con herramientas estadísticas que se utilizan habitualmente en campos como la astrofísica y la macroeconomía, pero que nunca se habían aplicado a la ecología. «Hallamos una relación matemática entre tendencias clave en la distribución de los atributos (rasgos) funcionales de las plantas que no pueden atribuirse a la casualidad. Esta relación predecía que una diversidad de rasgos sorprendentemente alta dentro de comunidades vegetales de tierras áridas se asociaba a una maximización local de la realización de múltiples funciones relacionadas con la productividad de las plantas y el ciclo de nutrientes (multifuncionalidad)», explica el Dr. Maestre. «La relación matemática identificada en nuestro proyecto también es importante porque se puede usar para cuantificar la diversidad de los rasgos necesaria para maximizar la multifuncionalidad a nivel local». En concreto, los hallazgos de DRYFUN indican que la distribución de rasgos puede emplearse para predecir las consecuencias funcionales de la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas terrestres. Con ellos, pueden orientar las acciones de gestión encaminadas a mantener los servicios ecosistémicos clave relacionados con la productividad y la fertilidad del suelo. La base de datos y las metodologías estadísticas desarrolladas a través de DRYFUN se están utilizando actualmente en el marco del proyecto BIODESERT, financiado por el CEI. El proyecto, que discurrirá hasta diciembre de 2020, tiene por finalidad mejorar la comprensión científica acerca del funcionamiento y la resistencia de las tierras áridas a los principales factores que favorecen la desertificación.
Palabras clave
DRYFUN, tierras áridas, interacciones bióticas, planta, desertificación, diversidad, BIOCOM