Nueva pintura antiincrustaciones que respeta el medio ambiente
Las tecnologías antiincrustaciones actuales se basan en la liberación de biocidas o en recubrimientos de baja adhesión. Los biocidas, como el óxido de cobre, basan su acción en la liberación continua, lo cual puede tener efectos ecológicos a largo plazo y, por consiguiente, no se puede considerar sostenible. Los recubrimientos de baja adherencia carecen de resistencia mecánica, son poco duraderos y el correspondiente coste de materiales y mantenimiento es elevado. El proyecto LEAF (Low emission antifouling coatings based on the novel discovered post settlement penetration triggered antifouling) se inició con el fin de desarrollar y demostrar una nueva tecnología antiincrustaciones que no recurriera a la liberación de biocidas ni fuera de baja adherencia. Los investigadores trabajaron en una técnica nueva, consistente en actuar contra las bioincrustaciones cuando los moluscos se establecen y empiezan el proceso de penetración de la pintura. El biocida solo se necesita en concentraciones bajas y el recubrimiento que lo sostiene puede durar años. El equipo del proyecto LEAF desarrolló métodos nuevos para medir las tasas de lixiviación del biocida y para caracterizar las formulaciones de la pintura antiincrustaciones, y organizó distintos ensayos para probar la eficacia del biocida. Las pruebas sobre el terreno de las distintas formulaciones de LEAF se llevaron a cabo en muy distintas condiciones de incrustación en el Atlántico Norte, el Canal de la Mancha, el Mediterráneo y aguas de la costa brasileña. También se realizó una evaluación de la sostenibilidad de los recubrimientos de LEAF. Ello incluyó un análisis del ciclo vital, en el que se compararon las opciones convencionales (basadas en cobre) con el sistema creado en LEAF y se examinaron la ecotoxicología y la seguridad para los humanos de la técnica propuesta por el proyecto. LEAF fue innovador y proporcionó ventajas operativas importantes. Por ejemplo, al no basarse en la emisión continua de un biocida y en la erosión de la pintura, tanto la vida útil como los ciclos de mantenimiento se alargan. La poca cantidad de biocida necesaria para lograr el efecto antiincrustante también tiene ventajas medioambientales. LEAF es muy eficaz; incluso con pinturas al agua, elimina la necesidad de disolventes y reduce las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (VOC). La eliminación de los disolventes y los VOC permitirá trabajar con seguridad en interiores cuando las condiciones climáticas son adversas, lo cual permitirá a los astilleros europeos competir con más garantías. Los métodos desarrollados a través del proyecto LEAF también contribuirán a la investigación futura sobre recubrimientos antiincrustaciones ecológicos. LEAF proporcionará a propietarios de embarcaciones y autoridades políticas una solución al problema de los incrustantes duros que no comporta emisiones elevadas. Además, su propuesta reducirá el consumo de combustible y las emisiones atmosféricas, sin acumular metales pesados en los sedimentos y la biosfera. El concepto de LEAF puede desarrollarse y aplicarse a otros campos donde las incrustaciones también planteen problemas, por ejemplo los sectores de la acuicultura y la energía marina renovable.
Palabras clave
Bioincrustaciones, percebes, moluscos, pintura antiincrustaciones, LEAF, biocida, compuestos orgánicos volátiles