Recomendaciones a propósito de un impuesto comunitario de sostenibilidad sobre los pasajes de avión
En las últimas décadas, la principal fuente de financiación del presupuesto de la Unión Europea han sido las partidas reservadas dentro de los presupuestos nacionales de cada Estado miembro. Ello ha sido objeto de numerosas críticas, y hay quien ha propuesto sustituir ese sistema por otro en el que la UE pueda recaudar sus recursos a través de impuestos propios. El equipo investigador a cargo del proyecto FAIRTAX, apoyado por Horizonte 2020, ha relacionado este debate en torno a los recursos propios de la UE con el propósito primordial de la estrategia Europa 2020: promover un crecimiento inteligente, inclusivo y sostenible en la UE. La conclusión fundamental del estudio, en opinión de los economistas Alexander Krenek y Margit Schratzenstaller, de WIFO (socio austriaco de FAIRTAX), es que un impuesto sobre los pasajes aéreos relacionado con las emisiones de carbono sería un opción adecuada para constituir un impuesto comunitario, en atención a criterios de sostenibilidad. Desde el proyecto han publicado un artículo donde señalan que el sector de la aviación es un emisor de dióxido de carbono aún modesto pero en rápido crecimiento. Varios Estados miembros de la UE han protagonizado intentos fallidos de implantar un impuesto sobre los pasajes aéreos. De hecho, algunos Estados ya lo aplican pero son objeto de presiones por esa razón. Todo esto pone de relieve claramente las limitaciones del sistema impositivo de cada país sobre la aviación. «La aplicación de algún tipo de impuesto a los pasajes de avión a escala de la UE reduciría enormemente los problemas de recaudación de impuestos que son inherentes a las bases imponibles móviles, y además pondría fin a la dañina competencia fiscal que se da entre Estados miembros de la UE», apuntó Schratzenstaller. Según los investigadores, las consecuencias más probable de incrementar la recaudación fiscal serían, si se invierte adecuadamente, beneficiosas por partida doble: la reducción de las emisiones de CO2 y el impulso a la economía. «En el artículo afirmamos que toda la recaudación procedente de un impuesto europeo sobre los pasajes por la emisión de carbono debería emplearse en reducir las aportaciones de los Estados miembros a la UE —añadió Schratzenstaller—. Así, los Gobiernos nacionales podrían rebajar otros impuestos que son más dañinos para el crecimiento y el empleo, en concreto la elevada carga impositiva que soporta el trabajo. A la vista de que es insuficiente la cobertura de las emisiones de carbono debidas al tráfico aéreo que dispensa el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (RCDE UE), se necesitan otros instrumentos vinculados al precio para reducir las emisiones de carbono derivadas del tráfico aéreo». El artículo incluye cálculos de la recaudación prevista si se implanta tal impuesto sobre los pasajes aéreos por la emisión de carbono a escala de la UE, y también de la distribución de la recaudación entre los Estados miembros de la UE. Concretamente, los investigadores proponen aplicar este nuevo impuesto del carbono —en cada vuelo por separado— a todo pasajero que salga de un aeropuerto de la UE y a cada pasajero que llegue a un aeropuerto de la UE desde otro aeropuerto extracomunitario. Para elaborar el artículo se ha utilizado un conjunto de datos nuevo y muy preciso. En función del país, calcula las emisiones de CO2 por pasajero de aproximadamente entre el 75 % y el 90 % de los trayectos de entrada y salida de la UE en el año 2014, y para ello emplea la metodología de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). A partir de la demanda, es posible calcular con exactitud la recaudación fiscal por pasajero y trayecto que se habría logrado en 2014 aplicando en la UE el susodicho impuesto sobre pasajes aéreos por emisiones de carbono. Se calcula la posible recaudación fiscal total gracias a dicho impuesto para cada Estado miembro y para la UE-28 conforme a tres tipos impositivos. Según los autores, considerando un tipo impositivo de entre 25 y 35 euros por tonelada de carbono emitida, se habrían obtenido entre 3 900 y 5 300 millones de euros. «En conjunto, con los tipos impositivos en los que fundamentamos nuestros cálculos, la recaudación prevista resultante de aplicar un impuesto sobre pasajes aéreos sería bastante limitada, por lo que no podrían sustituir un porcentaje sustancial de la actual recaudación de la UE. No obstante, tal impuesto europeo del carbono podría servir como ejemplo ilustrativo de las oportunidades y los retos que plantean los impuestos internacionales, y en particular su posible aportación al desarrollo sostenible», apuntó para concluir Alexander Krenek. Para más información, consulte: Página web del proyecto
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Suecia