Una plataforma electrónica multi-chip permite prescindir de sistemas hidráulicos en los aviones
Los aviones con actuación totalmente eléctrica presentarán reducciones importantes en su complejidad, peso y consumo de combustible. Este último aspecto tiene implicaciones importantes para los costes operativos y el impacto medioambiental. Además, se espera que los costes de mantenimiento de los sistemas eléctricos sean significativamente inferiores a los de los sistemas hidráulicos. Los científicos que han trabajado en el proyecto CREAM, financiado con fondos comunitarios, se han centrado en eliminar el mayor número posible de unidades de potencia hidráulica y líneas hidráulicas mediante el desarrollo de actuadores electromecánicos (EMA, por sus siglas en inglés) de alto rendimiento. Los aviones convencionales utilizan actuadores alimentados mediante circuitos hidráulicos que contienen fluidos a presión para mover las diversas superficies de control del avión (como los flaps del ala) y el tren de aterrizaje. Los EMA utilizan motores eléctricos para producir un par que provoca la actuación, y representan una solución mucho más sencilla y compacta. El módulo multi-chip de potencia (MCPM, por sus siglas en inglés) CREAM es una plataforma electrónica que agrupa los distintos chips o funciones en un único sustrato, lo que permite utilizarlo como componente único. Tanto los componentes de la electrónica de potencia como los de la electrónica de control están integrados en la carcasa del actuador. El sistema ofrece una elevada densidad de potencia con aproximadamente la mitad del volumen y la masa. Gracias a la gestión térmica avanzada, la electrónica será capaz de soportar las condiciones extremas de funcionamiento asociadas al transporte aéreo. Se fabricaron cuatro MCPM completos que incluían todos los subcomponentes del EMA y se sometieron a ensayos en un banco de pruebas para condiciones extremas. Los resultados del proyecto CREAM acreditan la capacidad de los EMA para accionar con fiabilidad las superficies de control del avión críticas para el vuelo. Aunque se enfrenta a una intensa competencia por parte de los Estados Unidos, la UE se encuentra ahora en una posición que le permite desarrollar los resultados del proyecto y asumir un papel de liderazgo en el complicado sector aeronáutico.