Mejorar el diagnóstico del retraso mental infantil
La discapacidad intelectual (ID) es un trastorno neurológico que afecta a entre el 1-3 % de la población y se caracteriza por una limitación sustancial de la función cognitiva. En casi la mitad de los casos el origen es genético y el retraso se manifiesta antes de los dieciocho años. La posibilidad de realizar un diagnóstico precoz o prevenir la ID depende de la capacidad de identificar los defectos en los genes y las anomalías cromosómicas asociadas con la misma. En este contexto, la Unión Europea subvencionó el proyecto Cherish, destinado a contribuir, a través del desarrollo de pruebas genéticas, al estudio del diagnóstico de los niños afectados en los países participantes. El objetivo general de los socios del proyecto era diseñar un método estándar para el diagnóstico clínico de la ID y, con ayuda de un biobanco clínico, identificar los reordenamientos cromosómicos crípticos, las mutaciones y los genes responsables de la enfermedad. Para ello, los investigadores realizaron análisis de genoma completo mediante hibridación genómica comparativa (CGH) en arrays y análisis de polimorfismos de nucleótido único (SNP) en muestras de sangre de pacientes y familiares de los mismos. De este modo, por CGH, consiguieron detectar numerosos reordenamientos crípticos en pacientes en los que, en el pasado, con las técnicas citogenéticas convencionales como el cariotipo, la hibridación in situ fluorescente (FISH) específica, las pruebas moleculares o las investigaciones sobre los trastornos metabólicos, no se había podido descubrir la existencia de anomalías causales. Esto indica claramente que las tecnologías propuestas por los socios de Cherish podrían mejorar significativamente el diagnóstico molecular actual de la ID. Al comparar los resultados con las bases de datos nacionales de población en general, los investigadores detectaron variaciones en el número de copias (CNV). Luego, utilizando las bases de datos de referencia OMIM y DECIPHER, evaluaron el posible significado clínico de las CNV que no están presentes en los individuos sanos. Con respecto a la identificación de los genes causantes de la ID, los investigadores seleccionaron dos genes implicados en pequeñas deleciones intersticiales (CADPS2 en el cromosoma 7q31 y PCDH18 en el cromosoma 4q28) como excelentes candidatos y los utilizaron en estudios adicionales. Por otra parte seleccionaron a individuos afectados de familias con ID para realizarles la secuenciación del exoma completo (WES) y así poder analizar casi todos los exones (las regiones de los genes que se traducen en proteínas) conocidos de los genes que provocan la ID. Este método ofrece la ventaja de acelerar el diagnóstico molecular de enfermedades genéticas heterogéneas tales como la discapacidad intelectual. Mediante la aplicación de diferentes metodologías avanzadas, el consorcio Cherish ha conseguido caracterizar la base genética de las diversas formas de ID, al tiempo que ha proporcionado nuevos medios para su diagnóstico. Se espera que los resultados del proyecto sirvan para sensibilizar sobre el posible origen genético de la ID y sobre las ventajas que aportarían estrategias terapéuticas novedosas.