Una vacuna de ADN contra la leishmaniasis
Pese a los esfuerzos de los investigadores por desarrollar intervenciones terapéuticas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la leishmaniasis sigue siendo un grave problema de salud en todo el mundo. Aunque se están desarrollando en total seis vacunas contra la enfermedad, todavía no se ha aprobado ninguna para la prevención o el tratamiento de la leishmaniasis humana. El objetivo del proyecto «Development of a DNA vaccine for visceral leishmaniasis» (LEISHDNAVAX) era diseñar una vacuna candidata a nivel preclínico que permitiera desarrollar una vacuna profiláctica y terapéutica. Gracias a las investigaciones realizadas durante los últimos años, se ha podido demostrar que la inmunidad contra la leishmaniasis está mediada por los linfocitos T, junto con los macrófagos y las células dendríticas. Basándose en estos conocimientos, los socios de LEISHDNAVAX desarrollaron una estrategia de vacunación que desencadena principalmente la activación de las células T. Para lograrlo, los científicos decidieron expresar antígenos de Leishmania mediante vectores de expresión génica minimalista definidos inmunológicamente (vectores MIDGE) conocidos por su capacidad para inducir la respuesta de las células T. Los miembros del consorcio seleccionaron siete antígenos candidatos (A2, CPA, CPB, HASPB, KMP-11, p74 y TSA) para el desarrollo de vacunas basadas en criterios predeterminados. A continuación probaron su inmunogenicidad en células de sangre periférica de individuos procedentes de regiones endémicas. Después optimizaron la secuencia genómica de los cinco mejores antígenos (KMP-11, TSA, CPA, CPB y p74) y los incorporaron en vectores MIDGE. Los resultados demostraron que las proteínas recombinantes expresadas eran muy inmunogénicas y presentaban una elevada densidad (40-100 %) de epítopos antigénicos. Los investigadores probaron esta vacuna pentavalente en animales infectados con Leishmania y lograron demostrar las respuestas inmunitarias tanto mediada por células T como humoral. La vacuna se sometió a continuación a una evaluación preclínica en animales para comprobar su biodistribución y la toxicidad de dosis repetidas. Los investigadores esperan que la población humana objetivo sea heterogénea respecto al polimorfismo del sistema de antígenos leucocitarios humanos (HLA). Por esta razón, el consorcio decidió mantener los cinco antígenos en la formulación de las vacunas propuestas con vistas a garantizar una amplia cobertura. Los socios del proyecto también analizaron los mapas de epítopos de las células T de los antígenos de la vacuna para obtener información sobre cómo pueden responder a la inmunización poblaciones vacunadas de diversos orígenes genéticos. La vacuna candidata, que se produjo respetando los procedimientos y normas de buenas prácticas de fabricación (GMP), entrará en la fase I de ensayos clínicos de seguridad y estudios de inmunogenicidad en países europeos y otros países en los que la enfermedad es endémica. El consorcio LEISHDNAVAX ha demostrado que combinando criterios moleculares, genéticos e inmunogénicos se puede generar una vacuna eficaz. Basándose en sus resultados, los socios esperan que la vacuna que combina cinco antígenos propuesta tenga repercusiones importantes en el control y desarrollo de las formas visceral y cutánea de la leishmaniasis.