Una vacuna de dosis única reduce a la mitad unos parásitos del ganado
El objetivo de producir alimento suficiente para la gran cantidad de población de los países en vías de desarrollo se ve dificultado por el azote que suponen las enfermedades que afectan al ganado. El proyecto RECOMBINANT BCG tenía el objetivo de crear una vacuna múltiple que remediara este grave problema de la ganadería. El trabajo se centró en la tuberculosis bovina y en los parásitos causantes de la esquistosomiasis y la fascioliasis. A lo largo de cinco años, las seis universidades con sede en el norte de Europa y Sudamérica que componían el consorcio responsable del proyecto reunieron sus conocimientos de microbiología, genómica e inmunología para alcanzar los objetivos marcados. Uno de los equipos científicos, situado en Brasil, se dedicó al desarrollo de una vacuna contra la esquistosomiasis, provocada por Schistosoma mansoni. Se trata de un parásito importante que afecta tanto a rumiantes como a humanos y que depende de la presencia de agua y de su hospedador intermediario, un caracol acuático. Las vacas en concreto, por su gran tamaño y longevidad, pueden constituir reservorios muy importantes de parásitos adultos y, de este modo, favorecer la continuidad y expansión de la enfermedad. En estudios anteriores se había observado que el antígeno Sm14 (S. mansoni14) podría ser un componente de eficacia considerable en vacunas. Del Sm14 destaca su actividad inmunológica contra S. mansoni y Fasciola hepatica, otro parásito común en rumiantes que provoca fascioliasis. El Sm14 se clonó, se fundió con otra proteína y se alojó en la pared celular de la bacteria causante de la tuberculosis, la Mycobacterium bovis BCG. La cepa rBCG-Sm14 resultante no indujo anticuerpos anti-Sm14 en experimentos con ratones. No obstante, los roedores sí produjeron más interferón gamma a partir de leucocitos del bazo, lo cual sugiere una respuesta de los leucocitos T cooperadores de tipo 1. Se observaron más indicios de efectividad de rBCG-Sm14 en ratones infectados con el parásito de la esquistosomiasis en su fase acuática. Los ratones inmunizados con una o como máximo dos dosis presentaron una reducción de casi la mitad de las larvas resultantes, algo que antes sólo se podía conseguir administrando tres dosis del antígeno en estado puro. Sin duda, un régimen de dosis única para el control de enfermedades parasíticas de rumiantes es preferible, desde el punto de vista práctico, a un programa que requiera múltiples dosis. La vacuna de dosis única ofrece más oportunidades de vacunación y posiblemente más seguridad.