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Collaborative evaluation of rehabilitation in stroke across Europe

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Evaluación de la depresión y la ansiedad tras un ictus

Se hizo un estudio comparativo en cuatro centros de rehabilitación de Europa acerca de la prevalencia y la gravedad de la depresión y la ansiedad que puede experimentarse tras sufrir un ictus. La finalidad de este estudio era mejorar los servicios de rehabilitación brindados a quienes han sufrido un ictus y, de esta forma, mejorar su calidad de vida.

Un ictus cerebral puede provocar discapacidades funcionales y motoras de diversa gravedad y perjudicar considerablemente la vida cotidiana de quien lo ha sufrido. Esta situación puede ser motivo de depresión y ansiedad. El proyecto CERISE examinó en profundidad la prevalencia y la gravedad de estos males tras sufrir un ictus por medio de un estudio longitudinal colaborativo que pretendía dar con factores predictivos y esclarecer la evolución clínica de estos casos. Se utilizó la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS) para evaluar a 532 pacientes con ictus consecutivos a los dos, cuatro y seis meses del cuadro. Se analizaron posibles factores predictivos y la evolución en el tiempo. Se hallaron similitudes entre los distintos centros en cuanto a la gravedad y la prevalencia de los casos de depresión y ansiedad. Los factores que influían en la gravedad de estos trastornos afectivos eran la propia gravedad del ictus, el tipo de discapacidad funcional o motora y el déficit sensorial. También guardaba relación con la gravedad de la ansiedad el hecho de vivir solo antes del episodio. En cuanto a la gravedad de la depresión, influían la presencia de trastorno cognitivo, la disartria, el Índice de Barthel antes del ictus y la edad. Se hallaron indicios concluyentes de similitud en la prevalencia y la severidad de la depresión y la ansiedad en los cuatro centros europeos hasta transcurridos seis meses tras el ictus. Dado el elevado riesgo de que los pacientes sientan depresión o ansiedad durante ese periodo, es imprescindible hacer un seguimiento para detectar posibles trastornos afectivos. Modelos multivariable pusieron de relieve una relación significativa entre la discapacidad funcional inicial y los casos de depresión y ansiedad. Esto subraya la correlación que existe entre la recuperación psicológica y la funcional tras un ictus. Los resultados del estudio se divulgaron mediante artículos científicos y en ponencias leídas en congresos celebrados en diversas ciudades de Europa. Para obtener más información, consulte: http://faber.kuleuven.be/onderzoek/dep3/neuro/cerise/index.htm

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