Datación de terremotos históricos para su futura visualización
Se considera que Oriente Próximo es la cuna de la civilización. Nuestras culturas más antiguas proceden de esta región, que atesora numerosas ciudades antiguas, fortalezas y yacimientos arqueológicos históricos que nos ofrecen algo más que una simple mirada a lo que una vez fueron. Sin embargo, este patrimonio se encuentra en una región sísmica activa y el proyecto APAME, financiado con fondos comunitarios, intentó desarrollar métodos para investigar su historia. Uno de estos métodos es la datación por radiocarbono de yacimientos arqueológicos, realizada en un intento de interpretar los datos recopilados sobre fenómenos sísmicos históricos. Se analizaron treinta y ocho muestras de Jordania, procedentes de lugares como Deir-al-Achayer, Jarmaq y Rachaya. Se usaron las muestras para delimitar la antigüedad de los episodios de deslizamiento. En Rachaya se encontraron indicios de dos fenómenos, uno que se remontaba al periodo holocénico y el otro, más reciente, al conocido terremoto de 1759. Otros análisis llevados a cabo en distintos lugares de Turquía, Siria y Líbano también confirmaron la viabilidad de la datación por radiocarbono. El proceso no sólo ayuda a confirmar fenómenos sísmicos, sino que también contribuye a configurar un «mapa» de estos fenómenos que, a medida que se complete, ayudará a los científicos a entender de manera más completa y exhaustiva los movimientos sísmicos de la región. Los resultados actualmente están almacenados en el Catálogo de Terremotos Históricos por fecha y latitud del suceso. Esto ofrece un medio fiable para poder visualizar la recurrencia de terremotos.