Protección contra el asma en niños que han crecido en granjas
La prevención de alergias en animales se consigue por medio de la inhalación de productos microbianos. Hoy en día no se sabe con certeza si estos descubrimientos pueden aplicarse a los seres humanos. Sin embargo, ahora estos investigadores han descubierto que los organismos de los niños que viven en granjas y crecen en entornos ricos en microbios son modélicos en este sentido. Estos organismos modelo pueden utilizarse para estudiar la prevención de alergias en humanos. El objetivo del proyecto PASTURE era confirmar el efecto protector contra el asma y las enfermedades atópicas que tenía en estos niños el hecho de haber crecido en granjas. Se les comparó con otros niños que también vivían en el campo, pero no en granjas. Los socios del proyecto también se propusieron definir los factores ambientales que contribuían a tal efecto protector. En el estudio se utilizaron cuestionarios y se realizaron análisis de sangre y estudios clínicos a niños de un año. Asimismo, se analizaron muestras ambientales de polvo doméstico y leche de vaca, entre otras. El trabajo de campo se llevó a cabo en cinco países europeos. Este estudio ha proporcionado un compendio de datos relativos a las diferencias en la propensión a sufrir enfermedades atópicas entre niños que viven en granjas y niños que viven en zonas rurales pero no en granjas. Este conjunto de datos parece ser el único de sus características en todo el mundo. Ha aportado nuevos datos sobre la importancia del estilo de vida, los factores genéticos y otros determinantes. Los resultados del proyecto resultarán muy útiles en futuros estudios epidemiológicos. Los socios del proyecto pudieron confirmar el efecto protector de la vida en la granja al que apuntaban los estudios transversales previos de la cohorte de neonatos de PASTURE. Esto fue posible debido a que la tasa de incidencia del asma y las enfermedades atópicas en padres y hermanos era considerablemente menor entre las familias granjeras que entre las que no lo eran. Cuando el equipo de investigación de PASTURE analizó las causas que subyacían a este «efecto de la granja», descubrió que estaba relacionado con la exposición de las madres a los animales de granja y a las cuadras. Tal exposición provocaba niveles distintos de citoquina en la sangre del cordón umbilical de los niños de granja y los que no lo eran. Además, los niños que no habían crecido en granjas presentaban mayores niveles de anticuerpos IgE del cordón umbilical para alérgenos externos como el polen de las gramíneas. Los niños que habían crecido en granjas, por el contrario, presentaban niveles más elevados de anticuerpos IgE para los alérgenos de los alimentos.