Reválida para la gestión de la contaminación pluvial
La gestión del agua de lluvia es una cuestión que está adquiriendo cada vez más importancia debido a sus implicaciones económicas, sociales y ambientales. El agua de lluvia arrastra contaminantes hasta los recursos hídricos que son tan necesarios para nuestro bienestar. Desde el punto de vista económico, los daños causados por el agua de lluvia salen muy caros a los contribuyentes. De no gestionarse adecuadamente el agua de lluvia, puede provocar erosión e inundaciones que deteriorarían bienes materiales públicos y privados. Este proyecto de investigación, llevado a cabo por científicos de la Universidad de Middlesex (Londres) en el marco del proyecto DAYWATER, permite comprender mejor el modo en que el agua de lluvia influye en nuestro entorno, lo cual puede ayudar a las autoridades a adoptar las precauciones necesarias para reducir al mínimo esta contaminación. Se ha elaborado un informe de 41 páginas titulado «Determination of numerical values for the assessment of BMPs» («Determinación de valores numéricos para la evaluación de las mejores prácticas de gestión»). En él se puntúa la efectividad de las mejores prácticas de gestión, que pueden incluir diversos dispositivos diseñados y construidos para atrapar o filtrar las sustancias contaminantes de las escorrentías o reducir la velocidad de éstas. Además, se evalúan dichos dispositivos conforme a varios análisis específicos para distintos tipos de contaminantes. Asimismo, en el informe se describen los procesos biológicos, químicos y físicos que pueden contribuir a la eliminación de los contaminantes. Estos procesos se clasificaron como mecanismos directos e indirectos. Los procesos directos son la absorción, la biodegradación, la filtración y la fotólisis. Los procesos indirectos son los que preceden a la eliminación propiamente dicha e incluyen la adsorción a sólidos suspendidos. En la investigación se encontraron diferencias claras en la efectividad de las mejores prácticas de gestión ante distintos tipos de contaminantes. Se determinó que la mayor eficacia para la eliminación de contaminantes se conseguía con las balsas de infiltración y los humedales artificiales de flujo subsuperficial. En cambio, se observaron resultados sistemáticamente peores con los tanques de decantación.