Mejora de la salud del trigo y maximización de los beneficios para los consumidores
El proyecto FUCOMYR, financiado con fondos comunitarios, se propuso usar herramientas moleculares y genéticas para identificar los genes que podrían conferir al trigo resistencia frente a la infección fúngica por fusarium. Las micotoxinas producidas por las especies de fusarium pueden ser altamente patógenas para los humanos. Por tanto, es de suma importancia desarrollar metodologías que puedan proteger a las poblaciones de trigo, así como la salud humana. Al desarrollar herramientas de selección adecuadas, los socios del proyecto tenían como objetivo aislar aquellas plantas que fueran resistentes a las infecciones por naturaleza y, sobre la base de sus características genéticas, desarrollar variedades de trigo resistentes al fusarium. El Instituto de Genética Aplicada y Biología Celular, con sede en Austria, se centró en la creación de bibliotecas de ADN y plásmidos portadores de genes de resistencia. La disponibilidad de plásmidos de resistencia en cantidades suficientes fue un aspecto crucial del proyecto, dado que los plásmidos son necesarios para la transformación del trigo. El proceso de transformación garantizaría la transmisión del rasgo de la resistencia de generación en generación, estableciendo básicamente una nueva variedad de trigo resistente al fusarium. La estabilidad y la «longevidad» del proceso de transformación dependen en buena medida de la composición del plásmido y, por tanto, es necesario realizar más estudios antes de poder determinarlas con exactitud. Estos protocolos podrían servir como herramientas de biotecnología vegetal en numerosos aspectos.