Un análisis de la alimentación en las escuelas europeas
Ofrecer una dieta escolar adecuada no solo resulta beneficioso para la salud de los niños, sino que también contribuye a reforzar la seguridad alimentaria. Además, si los alimentos son sostenibles, el medio ambiente también lo agradece. Pese a ello, un tercio de los niños en edad escolar y una cuarta parte de los adolescentes europeos padecen sobrepeso u obesidad; y, por si esto fuera poco, la sostenibilidad alimentaria dista mucho de ser algo generalizado. El proyecto SchoolFood4Change, financiado por la UE, cuyo objetivo pasa por volver a incorporar dietas sostenibles y saludables en los menús escolares, dio comienzo a su labor con el propósito inicial de formarse una imagen más clara sobre los actuales modelos alimentarios ofrecidos en las escuelas europeas. El resultado del estudio cartográfico realizado por el socio del proyecto SchoolFood4Change, el Stockholm Environment Institute Tallinn Center (SEI Tallinn) de Estonia, centró su investigación en 12 Estados miembros: Bélgica, República Checa, Dinamarca, Alemania, Estonia, España, Francia, Italia, Hungría, Austria, Eslovaquia y Suecia. Los investigadores del SEI Tallinn analizaron los modelos alimentarios escolares existentes en 19 municipios o regiones de estos países.
Diferencias generalizadas
El estudio reveló la existencia de importantes diferencias en términos de superficie y población, estructuras de gobernanza y métodos de adquisición practicados. Estos hallazgos resultaron evidentes no solo entre los distintos países o municipios, sino también entre distintas escuelas de una misma localidad. La mitad de los países del estudio cuentan con políticas alimentarias a nivel nacional o regional, la mayoría de ellos (excepto Chequia y Hungría) han adoptado directrices dietéticas y más de la mitad de estos países aplican requisitos de sostenibilidad durante la adquisición de los alimentos. Sin embargo, tal y como señala el estudio, «las especificidades de estos modelos son de lo más variadas. Así, en algunos países, los requisitos se centran en la proporción de alimentos ecológicos ofrecidos, mientras que otros conceden importancia a etiquetas de calidad específicas». La mayoría de las escuelas del estudio ofrecen comidas todos los días y algunas de ellas proporcionan incluso desayunos o meriendas durante la jornada. «Los precios de los alimentos escolares varían significativamente, entre uno y ocho euros», señala el estudio, si bien los costes «suelen subvencionarse por completo en todos los casos o, al menos, para el alumnado procedente de familias con rentas bajas». El modelo operativo más utilizado es el catering por contrato que proporciona una empresa privada o pública, aunque ciertas regiones han adoptado un modelo operativo mixto, en el que algunas escuelas cuentan con un catering interno pero otras recurren a un catering subcontratado. Más de la mitad de los municipios se encargan de proporcionar la adquisición de los alimentos y los servicios de catering para las escuelas; por su parte, estas últimas solo se ocupan de adquirir sus propios alimentos y servicios de catering en el 28 % de los municipios. La mayoría de los municipios estudiados se esfuerzan por adquirir alimentos y servicios de catering más sostenibles, pero la evaluación del impacto medioambiental y social de estas adquisiciones no es lo más habitual. El obstáculo más generalizado a la hora de ofrecer comidas escolares sostenibles y saludables radica en el coste de las alternativas sostenibles o en los costes fijos asociados a cada menú. «La falta de conocimientos de los compradores sobre los criterios de sostenibilidad aplicables, unida al estricto marco legal que lo impide, también saltaba a la vista en muchos municipios». Por último, los ámbitos que exigen una mayor atención a juicio de los participantes del estudio son la educación alimentaria impartida en los currículos escolares y la creación de oportunidades para los pequeños agricultores y las pymes locales. Una de las vías por las que SchoolFood4Change (cuyo objetivo es encauzar la alimentación y la formación escolar hacia un nuevo paradigma más sensible a nociones como la salud pública y la resiliencia territorial, social y medioambiental) está trabajando para fomentar un cambio hacia dietas más sostenibles y saludables corresponde a la iniciativa Whole School Food Approach, un modelo holístico diseñado a la medida de cada lugar que toma las escuelas como punto de partida para esta transformación. Hasta la fecha, el proyecto ha llevado a cabo diversas sesiones de formación in situ en siete de los 12 Estados miembros con el fin de impartir conocimientos acerca de estas ideas y de reunir a las partes interesadas para debatir en torno a la alimentación escolar. Para obtener más información, consulte el sitio web del proyecto SchoolFood4Change.
Palabras clave
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