Nanosondas para líquidos
El microscopio de fuerza atómica es en la actualidad el instrumento más útil para obtener imágenes de materia, medirla y manipularla. Tiene una resolución de una fracción del nanómetro y, a grandes rasgos, realiza mediciones topográficas con la ayuda de una sonda de fuerza. Ésta se acopla a una palanca (cantilever) de dimensiones micrométricas; el radio de su curvatura es prácticamente el único factor que limita la resolución del microscopio. En el proyecto SPOT-NOSED se han fabricado sondas así para realizar mediciones eléctricas en medios líquidos. Este tipo novedoso de microscopio de fuerza atómica consiste en una palanca acoplada a la superficie plana de un chip de silicio de cuya punta sobresale una sonda con forma de pico de ave. Dicha punta está hecha de silicio policristalino, mientras que para la palanca se utiliza nitruro de silicio. Tanto la punta como la palanca están recubiertas de una capa conductora de oro. Para facilitar las mediciones eléctricas se necesita un metal, y específicamente oro, por motivos de biocompatibilidad. Los microscopios de fuerza atómica no «ven», en el sentido de que no detectan la luz. La palanca, cuando se la somete a las fuerzas de interacción intermolecular de la sustancia que se sondea, vibra por el mero efecto de la ley de Hooke. Esta deflexión es la señal que es transformada posteriormente en imagen de la superficie. Por tanto las constantes de rigidez caracterizan a las palancas. Puesto que el objetivo son muestras de líquidos biológicos, los socios del proyecto han fabricado palancas rectangulares y en forma de V con constantes de rigidez de entre 0,01N/m y 1N/m. Los prototipos de laboratorio experimentales de las sondas para microscopio de fuerza atómica se han probado extensamente con resultados satisfactorios.