Integrar tecnología óptica en el sismógrafo
Los terremotos son uno de los desastres naturales más potentes. En Europa hay varias regiones activas sísmicamente, entre ellas el Mediterráneo. La evaluación eficaz de los riesgos sísmicos se basa en la vigilancia a largo plazo con instrumentos precisos. Los sensores tradicionales se basan en componentes mecánicos que registran el movimiento en tres dimensiones. El Quinto Programa Marco financió el proyecto OPTSDET, cuyo objetivo era introducir técnicas ópticas a la instrumentación sísmica. El Grupo de Óptica Aplicada de la Universidad de Kent en Canterbury (UKC), uno de los socios del proyecto, creó una nueva variedad de sensores que se basan en la interferometría de Michelson. Con el fin de cubrir la amplia gama requerida sin sacrificar la resolución, en la UKC se desarrollaron dos acelerómetros complementarios, uno de baja resolución y otro de alta resolución. La unidad de baja resolución emplea fibras ópticas y espejos que imitan a osciladores de sistemas convencionales en los cuales una masa pende de un muelle. La longitud y los extremos de la fibra están obligados a superar problemas relativos a la polarización, la retrorreflexión, etc. Las fibras ópticas forman también el núcleo del acelerómetro de alta resolución, e incluyen un par de cilindros específicos. Los prototipos OPTSDET prometen una mejora importante en la relación señal/ruido y otras características de rendimiento. En la UKC se pudo combinar también con éxito múltiples sensores para proporcionar mediciones triaxiales, que se requieren para poder caracterizar completamente los terremotos.