Mayores recompensas por esfuerzos mayores en enfermería
Un modelo de estrés conocido en todo el mundo con el nombre de «effort-reward imbalance» (ERI o modelo de desequilibrio esfuerzo-recompensa) examina los efectos negativos que provocan en la salud las condiciones de gran esfuerzo y baja recompensa en el lugar de trabajo. Según este modelo, una baja reciprocidad entre los esfuerzos y las recompensas en un entorno social tan fundamental como es el lugar de trabajo, puede conducir a un estado de angustia emocional. Consecuentemente, también puede resultar en condiciones de salud adversas. Éstas son cuestiones importantes relativas a la profesión de la enfermería, que tiene grandes demandas emocionales, físicas y cuantitativas. La recompensa puede ser económica o el reconocimiento, el respeto y la imagen pública, así como oportunidades de promoción profesional y seguridad laboral. Bajo estos auspicios, el proyecto NEXT examinó el grado de esfuerzo y recompensa percibidos en varios entornos de asistencia sanitaria utilizando datos de 24.328 profesionales de la enfermería de siete países. Más específicamente, analizó el efecto que tiene el desequilibrio esfuerzo-recompensa sobre los enfermeros y enfermeras en relación con su salud física y psicológica y la intención de abandonar la profesión. Se derivaron varios hallazgos importantes. Por ejemplo, el desequilibrio esfuerzo-recompensa está ligado a un mayor riesgo de que los profesionales de la enfermería tengan una salud física y psicológica débil. Además, la angustia, en la profesión de la enfermería, no es únicamente la consecuencia de un trabajo exigente y más intenso, sino también una falta de recompensas. A pesar de que las diferencias varían ampliamente entre los diversos países, está claro que la recompensa tiene que tomar la forma de aprecio y control de la posición social, así como económica. De este modo, es más probable que los profesionales de la enfermería presenten un mayor índice de permanencia en la profesión y un mayor compromiso laboral.