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¿Por qué un mismo alimento nos afecta de forma diferente?

En una investigación se aporta información nueva sobre la salud intestinal y el complicado mundo de las bacterias intestinales.

Las personas reaccionan de forma diferente a los mismos alimentos. Por ejemplo, algunas toleran mejor el picante que otras. Para ayudar a entender por qué ocurre esto, en un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Copenhague se explica que existen diferencias en nuestras bacterias intestinales. Las variaciones individuales determinan cómo digerimos y absorbemos los alimentos. Sus hallazgos se publicaron en la revista «Nature Microbiology».

No hay dos intestinos iguales

Para hacer un seguimiento de los cambios en el intestino, los investigadores utilizaron una cápsula inteligente que ingirieron cincuenta voluntarios en el desayuno, que consistía en pan de centeno con mantequilla y mermelada, un huevo cocido, yogur natural con frutos secos, nueces y arándanos, y un vaso de agua. La cápsula medía el pH, la temperatura y la presión. Descubrieron diferencias importantes entre los participantes en cuanto al tiempo de digestión y las condiciones intestinales. Estas variaciones influyen en la absorción de los nutrientes, la fermentación y la composición de las bacterias intestinales. Los cambios en la fisiología y el entorno del intestino afectan enormemente a nuestro microbioma intestinal y a cómo se procesan los alimentos. «Pudimos ver, por ejemplo, que la cápsula tardaba dos horas en pasar por el intestino delgado en algunas personas y diez horas en otras —explicó en una nota de prensa Henrik Roager, profesor titular del Departamento de Nutrición, Ejercicio y Deporte—. Como ya sabemos que absorbemos la mayor parte de los nutrientes en el intestino delgado, las diferencias en el tiempo del recorrido en el intestino delgado probablemente influyen en cuántos nutrientes absorbemos y en la cantidad que pasa al intestino grueso, donde entran en acción las bacterias intestinales». Roager, que dirigió el estudio, puntualizó: «Sabemos que el pH es un factor crucial en el crecimiento y la actividad bacteriana, por lo que tenía todo el sentido que pudiéramos ver que el entorno intestinal y el pH están relacionados con las diferencias en la composición y la actividad de las bacterias intestinales. Esto significa que las condiciones ambientales que tenemos cada uno en nuestro intestino pueden ayudar a explicar por qué tenemos bacterias diferentes en el intestino».

Pautas nutricionales para mejorar la salud

Roager cree que la investigación podría resultar útil para diseñar estrategias dietéticas a medida que mejoren la salud nutricional. «Nuestros resultados demuestran que todos somos únicos, también en nuestro intestino. Estamos acostumbrados a suponer que todos digerimos y absorbemos los alimentos de la misma manera y en la misma medida, pero también podemos comprobar que no siempre es así. Nuestro estudio aporta más pruebas de que cada persona reacciona de forma diferente a la comida, y aquí las diferencias en nuestro entorno intestinal muy bien podrían desempeñar un papel importante».

Palabras clave

alimentos, intestino, bacterias, cápsula, pH, nutrientes, microbioma, intestino