Comprender la capacidad de adaptación de un animal al cambio climático
El planeta se calienta cada vez más. De hecho, según los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea (UE), el 2024 no solo fue el año más cálido jamás registrado, sino también el primero en el que las temperaturas medias mundiales superaron en 1,5 °C los niveles preindustriales. Huelga decir que este aumento de la temperatura está causando un impacto profundo en la naturaleza. Mientras que algunos científicos predicen que el cambio climático provocará una extinción masiva, otros se preguntan si algunas especies evolucionarán y se adaptarán a un entorno más cálido. Una de esas científicas es Amanda Pettersen, una investigadora que estudia la ecología evolutiva en la Universidad de Glasgow. Con el apoyo del proyecto MITOCHADAPT, financiado con fondos europeos, y de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, la investigación de Pettersen se centró en las mitocondrias, esas estructuras celulares responsables de generar la mayor parte de la energía de una célula. «Queríamos entender cómo responden las mitocondrias a los cambios de temperatura ambiental y si esta respuesta puede evolucionar para que los animales afronten entornos que se están calentando debido al cambio climático», afirma Pettersen.
La aptitud de los padres para influir en el metabolismo de sus hijos
Para averiguarlo, Pettersen investigó con peces, que son especialmente vulnerables al cambio climático porque su temperatura corporal coincide con la del agua circundante. En concreto, estudió el efecto que tienen la temperatura y la frecuencia de alimentación de los peces cebra progenitores sobre los fenotipos de las crías y su supervivencia temprana a diferentes temperaturas de desarrollo (24 °C o 30 °C). «Las tasas metabólicas están vinculadas a rasgos clave del ciclo vital que se cree que marcan el ritmo de la vida y afectan la forma física, pero aún no está claro el papel que pueden desempeñar los padres en la formación del metabolismo de su descendencia para mejorar la supervivencia», explica Pettersen.
Producir una descendencia más apta para sobrevivir al cambio climático
Basándose en su investigación, Pettersen llegó a la conclusión de que los peces adultos expuestos a un entorno estresante, como las temperaturas cálidas y la escasa disponibilidad de alimentos, pueden producir crías mejor adaptadas a ese entorno concreto. «Estos peces producen embriones más grandes, que a su vez se desarrollan en peces que tienen una menor tasa de metabolismo», añade Pettersen. «Este metabolismo más bajo hace que los peces sean más eficientes energéticamente y, por tanto, se adapten mejor a una realidad más cálida». Aunque con estos resultados se demuestra la existencia de los efectos adaptativos de los progenitores, Pettersen señala que esto solo es cierto cuando el entorno de los padres y el de los hijos coinciden.
Animales más resilientes al cambio climático
Según Neil Metcalfe, catedrático de la Universidad de Glasgow y uno de los colaboradores de Pettersen, estos resultados sugieren que los animales pueden tener la capacidad de adaptar su descendencia a un entorno que cambia lentamente. «Esto las haría más resilientes al cambio climático, pero hasta ahora no sabemos cuáles son los límites de esta flexibilidad ni si la misma respuesta se da en otras especies», afirma. Aunque muchos de los datos recogidos durante el proyecto aún se están analizando, algunos de sus resultados iniciales ya han sido publicados, entre otros por «The Royal Society».
Palabras clave
MITOCHADAPT, cambio climático, mitocondrias, animales, metabolismo