Cultivos antiguos, conocimientos modernos: una nueva perspectiva sobre la agricultura en la antigua Grecia
El final de la Edad de Bronce en el Mediterráneo oriental supuso un punto de inflexión en la historia, con importantes trastornos socioeconómicos que desembocaron en la Edad Oscura griega. El colapso de las civilizaciones de esta región y sus repercusiones en la agricultura han sido durante mucho tiempo objeto de debate. El equipo del proyecto DarkSeeds, emprendido con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, pretendía aportar información nueva sobre las prácticas agrícolas de este período. Las transformaciones sociales de esta época prepararon el terreno para la primera Edad del Hierro, una época marcada por la adaptación y la resiliencia ante los cambios profundos. «Entender cómo las poblaciones del pasado afrontaron y adaptaron sus sistemas de producción de alimentos a las cambiantes condiciones climáticas es más importante que nunca en nuestra sociedad moderna», afirma Charlotte Diffey, investigadora del proyecto DarkSeeds.
Replanteamiento de las transiciones agrícolas
Las teorías tradicionales sobre la transformación de la Edad del Bronce tardía a la primera Edad del Hierro sugieren que los sistemas agrícolas extensivos dieron paso a la agricultura y el pastoreo a pequeña escala. Sin embargo, esta idea se ha reconsiderado en los últimos años. La disponibilidad limitada de pruebas bioarqueológicas directas indica que nuestra comprensión de las prácticas agrícolas durante este período sigue siendo incompleta. Los resultados de DarkSeeds sugieren que la agricultura en el norte de Grecia no experimentó cambios radicales durante la Edad del Bronce tardía y la primera Edad del Hierro. En cambio, los datos revelan una continuación de las estrategias agrícolas extensivas, adaptadas a los entornos locales y las condiciones medioambientales específicas. «Las comunidades de esta zona siguieron dependiendo del cultivo de cereales de secano como pilar de su agroeconomía, complementado con cultivos de legumbres gestionados de forma más intensiva. Fue un descubrimiento sorprendente, ya que esperábamos ver más variaciones a lo largo del tiempo. En cambio, las prácticas agrícolas se mantuvieron notablemente constantes», afirma Diffey. También subraya la necesidad de seguir investigando para comprender mejor la agricultura durante estos períodos.
Técnicas avanzadas para explorar el pasado
Para llegar a sus conclusiones, DarkSeeds empleó el análisis de isótopos estables de restos vegetales carbonizados, la primera vez que se aplicaba esta técnica a material de la primera Edad del Hierro. El equipo del proyecto midió los valores de carbono y nitrógeno de cuatro cultivos distintos —el trigo escanda menor (como se ve en la foto de arriba), el trigo farro, la cebada mondada y las lentejas— para investigar condiciones de cultivo específicas como la disponibilidad de agua y los niveles de enriquecimiento del suelo. «Hasta la fecha, este tipo de pruebas directas solo están disponibles a través del análisis de isótopos estables en restos vegetales, ya que el análisis arqueobotánico tradicional únicamente puede aportar pruebas indirectas», explica Diffey. En el proyecto también se pretendía utilizar un nuevo enfoque morfométrico geométrico en tres dimensiones (3D), pero no pudo hacerlo debido a la reducción del plazo. Este método, actualmente en desarrollo, combina el escaneado micro 3D, la morfometría geométrica y el aprendizaje automático con los resultados del análisis de isótopos estables para poblar un algoritmo que predice las condiciones de crecimiento de los cultivos basándose en la forma de las semillas. «El desarrollo de esta herramienta, actualmente en curso por Alex Livarda y Héctor Orengo (supervisora y cosupervisor del proyecto respectivamente), ayudará a superar las limitaciones inherentes a los datos arqueobotánicos a la hora de inferir las condiciones de crecimiento de las plantas. Además, proporcionará una alternativa más barata y no destructiva al análisis de isótopos estables para yacimientos arqueológicos en los que la financiación o la falta de material arqueobotánico sea un factor limitante», añade Diffey. Aunque en el proyecto DarkSeeds no se han resuelto todos los debates en torno al colapso de la Edad del Bronce en Grecia, se ha allanado el camino para futuras investigaciones, lo que pone de relieve la complejidad de los antiguos sistemas socioeconómicos y la resiliencia de las prácticas agrícolas en épocas de cambio.
Palabras clave
DarkSeeds, Edad del Bronce, Edad del Hierro, agricultura, análisis de isótopos estables, comunidades del Egeo, cambio climático