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¿Ya es Navidad? Según la ciencia, ¿por qué llega más rápido si la esperas con ansias?

De hecho, los grandes acontecimientos navideños llegan cada año más rápido si realmente lo deseamos.

¿Emocionados por el 25 de diciembre? Según un estudio publicado en la revista «PLoS ONE», la impaciencia por las fiestas puede hacer que el tiempo parezca pasar muy deprisa.

El tiempo vuela cuando pensamos en las vacaciones

Un equipo de investigación dirigido por la catedrática de Psicología Ruth Ogden, de la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido), reveló que la Navidad o el Ramadán parecen llegar cada año más rápido para quienes se fijan al tiempo, no prestan atención a los planes y les apetecen unas buenas vacaciones. Los resultados sugieren que la forma de percibir el tiempo de una persona no solo está formada por lo que ha hecho, sino también por lo que le queda por hacer. Para averiguar con qué frecuencia la gente es consciente de este fenómeno y qué influye en su percepción del tiempo, los investigadores llevaron una encuesta entre más de mil personas en el Reino Unido y más de seiscientas en Irak. Se preguntó a los participantes si creían que la Navidad o el Ramadán llegaban cada año más rápido. A continuación, el equipo calculó su función de memoria y su atención al tiempo, e indagó sobre la edad, el sexo y la vida social. «Nuestro sentido del tiempo está muy influido por los acontecimientos continuos de nuestra vida. Si, como yo, tiene la sensación de que los años pasan volando, no tema, no es la única persona que lo piensa —declaró Ogden a «The Independent» —. Nuestra investigación sugiere que más del 70 % de la gente siente que los eventos anuales llegan cada año con más rapidez».

¿Anticipación o miedo?

Esperar con impaciencia un acontecimiento o una fecha límite puede generar una sensación de urgencia. Esto hace que el tiempo parezca pasar en un santiamén. «Los resultados sugieren que cómo nos sentimos respecto a un acontecimiento próximo y, en particular, cuánto creemos que tenemos que hacer para un acontecimiento próximo, determina nuestra percepción de lo lejos que está ese acontecimiento —explica Ogden—. Nuestra percepción del tiempo no está, por tanto, determinada solo por lo que hemos hecho, sino también por lo que nos queda por hacer». Y puntualizó: «Si queremos controlar mejor nuestra noción del tiempo, debemos asegurarnos de planificar los acontecimientos futuros. Al hacerlo, no solo reduciremos nuestros niveles de estrés, sino que también sentiremos que por fin el tiempo se ralentiza». Por otra parte, esperar de mala gana un acontecimiento futuro hace que el tiempo pase muy despacio. «Los tiempos de espera suelen prolongarse porque experimentamos altos niveles de estrés y la mayor parte de nuestra capacidad cognitiva se centra en la propia espera», añade Ogden. El estrés y la concentración en el «cuándo» también influyen en lo que hacemos. Nos cuesta distraernos de la espera porque no queremos hacer otras tareas que normalmente nos gustan para pasar el tiempo. Esta falta de actividad, unida al aumento del estrés y a la concentración en el tiempo, hace que el tiempo se alargue.

Palabras clave

vacaciones, Navidad, Ramadán, tiempo, acontecimiento