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Female Reproductive toxicity of EDCs: a human evidence-based screening and Identification Approach

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Pruebas de identificación de sustancias químicas para proteger la salud reproductiva femenina

Una mejor comprensión sobre cómo afectan determinadas sustancias químicas al aparato reproductor femenino podría mejorar los métodos de prueba y garantizar que no se comercialicen sustancias perjudiciales.

Los alteradores endocrinos (AE) son sustancias químicas que, en determinadas condiciones, pueden afectar al sistema hormonal de los seres humanos y los animales. Están presentes en muchos productos de uso cotidiano, como cosméticos, envases de alimentos y bebidas, así como en determinados plaguicidas. Si bien evitar o eliminar por completo los AE no es posible, limitar la exposición a estos siempre que sea posible constituye un objetivo normativo básico. «En la Unión Europea se evalúa la seguridad de las sustancias químicas», explica la coordinadora del proyecto FREIA, Majorie van Duursen, de la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos). «Una de las características que se examinan es su capacidad de alteración endocrina. Sin embargo, los científicos han llegado recientemente a la conclusión de que los métodos de prueba actuales no son adecuados para evaluar los efectos de los AE en el aparato reproductor femenino».

Cerrar las brechas del conocimiento sobre el aparato reproductor femenino

Así es cómo surgió FREIA. El proyecto tenía tres objetivos fundamentales. El primero era cerrar las brechas del conocimiento más importantes sobre el aparato reproductor femenino. «El análisis de tejidos humanos, desde fetos en las primeras fases del desarrollo hasta ovarios de mujeres sometidas a tratamientos de fertilidad, nos permitió obtener muchos conocimientos nuevos», comenta van Duursen. «Encontramos similitudes entre las distintas etapas de la vida, aunque lo más importante es que también identificamos algunas diferencias básicas. Por ejemplo, un ovario produce óvulos después de la pubertad, pero las hormonas se empiezan a producir mucho antes». En el proyecto se demostró que la biología del ovario es diferente durante las distintas fases del desarrollo. También se destacó la importancia de la conexión entre el encéfalo y los ovarios. «Si se quiere investigar el efecto de los AE en la reproducción femenina, no se puede pasar por alto el encéfalo», agrega van Duursen. Muchos de los hallazgos de la investigación efectuada en el marco del proyecto se han publicado en varios artículos científicos.

Prueba del efecto de los AE sobre la salud reproductiva femenina

El segundo objetivo era identificar formas de mejorar los métodos de prueba existentes, para así poder identificar con mayor precisión los AE que pudieran afectar a la reproducción femenina en las distintas etapas de la vida. La investigación fundamental posibilitó identificar varias dianas nuevas candidatas. También se utilizaron modelos informáticos. Algunas de estas herramientas están en fase de prueba de concepto, mientras que otras avanzan hacia su aceptación mundial. «Todavía tenemos que validar plenamente estos métodos —apunta van Duursen—. Una de las principales lecciones de este proyecto es la necesidad de agilizar el proceso que va de la investigación científica a la aplicación normativa, ya que el proceso de validación actual es muy largo».

Recomendaciones para limitar la exposición a AE

El tercer objetivo del proyecto era concienciar a las mujeres y a la sociedad en general sobre los AE. «Lo que descubrimos durante este proyecto fue que muchas personas aún no son conscientes de los AE —comenta van Duursen—. Los ciudadanos esperan que los profesionales sanitarios les proporcionen información y asesoramiento, pero muchos de estos profesionales no siempre se sienten lo bastante preparados para dar ofrecer este asesoramiento». Para resolver este problema, el equipo del proyecto elaboró recomendaciones fáciles de entender a fin de ayudar a las mujeres a limitar su contacto con AE. Estas incluyen consejos sencillos como lavarse las manos con regularidad, lavar la ropa nueva antes de ponérsela y no calentar alimentos en el microondas en recipientes de plástico. «En general, creemos que el proyecto fue todo un éxito —observa van Duursen—. Hemos generado conocimientos, mostrado cómo se pueden mejorar los métodos de prueba y esperamos haber contribuido a concienciar a la sociedad». El proyecto financiado con fondos europeos MERLON, que acaba de ponerse en marcha, continuará esta valiosa labor capitalizando los avances científicos y los métodos identificados en FREIA para identificar mejor los AE.

Palabras clave

FREIA, sustancia química, salud reproductiva, alterador endocrino, AE, hormonas, pubertad

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