Explorar el consumo ético
El consumo ético es la elección activa de los compradores de adquirir cosas acordes con sus valores y evitar productos, bienes y servicios que tengan un impacto negativo. Puede tener efectos positivos en la sociedad y el medio ambiente, al tiempo que reduce el trabajo infantil y la crueldad con los animales. El consumo ético ganó rápidamente popularidad en Occidente debido a factores como los movimientos sociales, el auge de la cultura del consumo moderno y de las organizaciones de la sociedad civil, la soberanía del consumidor, la dinámica del mercado liberal, las nuevas políticas y normativas. Esto suscitó un gran interés académico, aunque sobre todo en las sociedades del norte y oeste de Europa. «Las investigaciones sugieren que las culturas no Occidentales también realizan prácticas de consumo ético, aunque no estén representadas en la bibliografía», explica Sara Karimzadeh, profesora titular asociada de Sociología en la Universidad de Örebro e investigadora principal del proyecto ECIRSWE, financiado con fondos europeos. En el proyecto, los colegas de los investigadores exploraron el consumo ético en un contexto social no occidental, estudiando dos países con situaciones sociales, económicas, políticas y culturales muy diferentes: Irán y Suecia. «Mientras que las investigaciones existentes se centran principalmente en prácticas de consumo ético adecuadas para contextos occidentales, como el consumo ético orientado al mercado como el comercio justo, por ejemplo, este estudio pretendía comprender si estas prácticas representan de forma global la ética del consumo de forma más amplia», afirma Magnus Boström, catedrático de Sociología de la Universidad de Örebro y coordinador del proyecto ECIRSWE.
Mecanismos sociales subyacentes
El equipo del proyecto, realizado con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, pretendía comprender los diferentes mecanismos sociales que sustentan o limitan el consumo ético en cada uno de los dos países. Utilizando un marco analítico de perspectiva multinivel, el equipo descubrió que el consumo ético está interconectado con diversas prácticas sociales a diferentes escalas de la sociedad, incluyendo, por ejemplo, influencias locales, grupos sociales y cambios culturales más amplios. Para comprender mejor los orígenes sociales del consumo ético, el equipo entrevistó a ciudadanos suecos e iraníes.
Descubrir las distintas motivaciones que impulsan el consumo
Los resultados del proyecto demuestran que el consumo ético es un concepto bien arraigado en Suecia, apoyado por intervenciones políticas, organizaciones de la sociedad civil y capital social entre los ciudadanos. Sin embargo, se centra más en actividades orientadas al mercado, como el desplazamiento del consumo del producto A al B, que en la reducción del volumen de consumo en general, y el efecto sobre la huella ecológica y climática. En Irán, en cambio, el consumo ético carece de apoyo estructural, por lo que presenta definiciones y manifestaciones más individualizadas, locales y casuísticas. «En este caso, las motivaciones del consumo ético tienen su origen en creencias culturales o tradicionales, más que en la preocupación por el medio ambiente», añade Karimzadeh. «El principal objetivo del consumo ético para quienes lo practican es beneficiar a las personas de su entorno inmediato, más que centrarse en la protección del medio ambiente».
Fomentar el cambio social
«Académicos y estudiantes, la sociedad civil, los ciudadanos y los responsables políticos se beneficiarán de forma diferente de nuestras conclusiones», señala Boström. Esto incluye el debate en curso en los círculos académicos sobre la importancia de los mecanismos sociales para el cambio transformador. Los resultados del proyecto se publicarán en dos artículos de próxima aparición. El desarrollo conceptual del consumo ético también se exploró en un artículo publicado en «Environmental Sociology». «Los resultados subrayan la necesidad de que los responsables políticos sincronicen sus esfuerzos en la revisión de las políticas de producción y la normativa, y en la remodelación de los valores y normas de consumo para lograr un cambio sustancial», afirma Boström. Actualmente, el equipo de investigación está avanzando en la exploración de un marco más desarrollado, centrándose especialmente en los conceptos de suficiencia y atención. «El objetivo es explorar su papel tanto en las prácticas de consumo como en los sistemas de producción», añade Karimzadeh.
Palabras clave
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